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Desde que comenzó la guerra en Ucrania las búsquedas en Internet sobre las pastillas de yodo se han disparado. Estas pastillas sirven para prevenir la absorción de yodo radioactivo, pero los expertos alertan de que no hay que tomarlas a menos que desde las autoridades se dieran instrucciones para ello.
Estas pastillas se utilizan en caso de emergencia nuclear para bloquear la tiroides, de forma que no puedan absorber el yodo radiactivo que se desprende.
El responsable del Área de Información del Medicamento del CGCOF, Iván Espada, explica su uso en caso de emergencia nuclear: "Se dan dosis masivas de yodo normal para que la tiroides se llene y no se permita la entrada del radiactivo".
Ante la incertidumbre por un posible ataque nuclear, muchos ciudadanos están comprando en la farmacia medicamentos con yoduro de potasio. Una práctica totalmente desaconsejada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF).
Los expertos han aclarado que los medicamentos con yoduro de potasio que se venden en las oficinas de farmacia no son eficaces contra la radiactividad.
Los medicamentos que contienen yoduro de potasio y están disponibles en las farmacias bajo prescripción médica distan mucho de estas pastillas de yodo que se utilizarían en situaciones de emergencia.
Así, las pastillas que se pueden encontrar actualmente en la farmacia "tienen una dosis de 0,1 a 0,3 miligramos, una cantidad mínima", señala Iván Espada. "Las pastillas de yodo, en cambio, tienen una dosis de 130 miligramos. Se necesitaría de 400 a 1.300 comprimidos para alcanzar la dosis de las pastillas", concluye.
En España existen planes de contingencia desde el Gobierno en caso de que fuera necesario distribuir estas pastillas de yodo por alerta nuclear.
Normalmente, este tipo de productos se almacenan en el Centro Militar de Farmacia de la Defensa, situado en Colmenar Viejo (Madrid).