Un equipo de investigadores dirigido por el doctor Carlos López-Otín, de la Universidad de Oviedo, ha logrado identificar nuevos genes involucrados en la infección de células respiratorias e intestinales humanas por el virus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19. El estudio se ha publicado este martes en la revista The EMBO Journal. Además, un estudio reciente demuestra que estar vacunado con las dos dosis de Pfizer reduce la mayoría de síntomas del COVID.
Alejandro Piñeiro y Gabriel Bretones, investigadores del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y autores principales del estudio, han realizado en este trabajo un complejo cribado genético de todo el genoma humano mediante la tecnología de edición genómica CRISPR/Cas9 hasta lograr identificar los genes necesarios para la infección por el coronavirus SARS-CoV-2.
En primer lugar, los investigadores construyeron mediante ingeniería genética una versión artificial del virus SARS-CoV-2 carente de capacidad de replicación y, por tanto, incapaz de expandirse en el entorno. A continuación, eliminaron en células pulmonares humanas, de forma específica e individualizada, cada uno de los más de 20.000 genes humanos codificantes de proteínas e interrogaron gen a gen la susceptibilidad celular a la infección con el pseudovirus artificial.
Este trabajo condujo a la identificación, entre otros, de los genes humanos PLAC8 Y SPNS1, codificantes de proteínas implicadas en procesos biológicos como la endocitosis y la autofagia, que pueden contribuir a las infecciones víricas.
Para corroborar estos descubrimientos, los investigadores contactaron con la entonces directora del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), la doctora Marisa Arias, para llevar a cabo experimentos con virus SARS-CoV-2 naturales y plenamente infecciosos. Este centro es referencia internacional en el estudio de enfermedades infecciosas y dispone de las instalaciones de alta seguridad biológica imprescindibles para este tipo de trabajos.
Allí los investigadores, con la ayuda del grupo de Enfermedades Emergentes y Transfronterizas, dirigido por el doctor Miguel Ángel Jiménez Clavero, confirmaron sus hallazgos previos utilizando una cepa del virus original (CISA/H-Ap20-1) aislada por el propio grupo durante la primera ola de la pandemia.
Alejandro Piñeiro, primer autor del artículo, señala que “no es el primer estudio de este tipo que se realiza en el mundo, pero nuestro diseño experimental basado en el empleo de células pulmonares humanas y complejas técnicas de edición génica nos ha permitido identificar genes esenciales para el proceso infectivo que habían pasado inadvertidos en otros estudios. Además, y a diferencia de otros estudios, nuestro trabajo se ha centrado en encontrar genes humanos necesarios para las primeras fases de la infección del virus, antes de que se produzca su replicación en el interior de la célula”.
Por su parte, Gabriel Bretones enfatiza que “estos hallazgos permiten comprender mejor el mecanismo de internalización del virus y, por lo tanto, la identificación de nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento de la COVID-19 y de otras enfermedades causadas por coronavirus que puedan aparecer en el futuro. Ello permitirá el desarrollo de terapias dirigidas para mejorar el tratamiento y ayudar a las vacunas a contener la expansión de la enfermedad”.
Por último, Carlos López-Otín destaca que “nuestro laboratorio no se dedica a la virología, pero en estos últimos años hemos desarrollado métodos experimentales muy avanzados para el análisis genómico y funcional del cáncer y del envejecimiento, que ahora hemos podido aplicar al estudio del coronavirus SARS-CoV-2. Me siento muy orgulloso de todos los miembros de mi grupo que, por puro compromiso social, dejaron sus proyectos particulares entre paréntesis para dedicar su esfuerzo y su talento al estudio de un virus que nos ha mostrado con absoluta nitidez la gran verdad de la vulnerabilidad humana”.