¿Cepillado de los dientes? ¿Cómo es mejor, de forma manual o con cepillo eléctrico? Muchas personas se hacen esta pregunta cada día a medida que la oferta de cepillos eléctricos ha aumentado en el mercado . Sin embargo, todavía hay desconfianza hacia este objeto de uso cotidano y que tanto influye en nuestra salud. Los dentista aseguran que ambos métodos son eficaces si se usan de forma correcta y se sigan las recomendaciones básicas.
Preguntado el doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas asegura que el cepillo eléctrico tiene una "clara ventaja", y es que reduce más la placa bacteriana, que es la responsable de la producción de caries y de gingivitis.
"Cuando se utiliza un cepillo eléctrico, el riesgo de abrasión del diente es menor, porque estos aparatos tienen un mecanismo de control de la presión que los hace menos proclives a dañar la superficie del esmalte", subraya el especialista.
También señala que una consecuencia indirecta positiva del uso de los cepillos eléctricos es que se ha comprobado que las personas que los usan suelen estar entre un 20 y un 40% más de tiempo cepillándose los dientes: "Este mayor tiempo de cepillado puede estar relacionado con ciertos factores, como que la gente se canse menos o esté más motivada para la higiene bucal".
Castro Reino destaca que algunos cepillos eléctricos incluyen una señal acústica que garantiza como mínimo un cepillado de dos minutos de duración, como recomiendan las organizaciones de salud internacionales.
"La evidencia científica actual demuestra que los cepillos eléctricos con tecnología "oscilante-rotatoria" reducen la placa bacteriana un 20% más que otros sistemas. Esta tecnología hace que, además de girar, el cabezal del cepillo oscile sobre el diente y vaya adoptando ángulos distintos para poder alcanzar la zona yuxtagingival, es decir, la zona donde termina la encía y empieza el diente, que es de máxima importancia para eliminar la placa bacteriana", agrega el presidente de los dentistas
El doctor Castro sostiene que sí existirían algunas circunstancias puntuales en las que puede ser más conveniente utilizar un cepillo manual, como por ejemplo después de una cirugía, cuando hay puntos de sutura, o bien existe una zona dolorida.
"En ese caso, un cepillo manual de cerdas ultra blandas permite un cepillado más suave, en el que el usuario puede controlar mucho mejor la velocidad y el cuidado con el que limpia la zona sensible.
En caso de personas que llevan ortodoncia se recomienda que el paciente evite utilizar (o lo utilice con cuidado) un cepillo eléctrico, porque se puede desprender un alambre o un bracket con el cepillado", añade.
A la hora de decidirse por la compra de un cepillo de dientes eléctrico, el presidente del Consejo General de Dentistas subraya que, al igual que ocurre con los cepillos manuales, uno debe tener en cuenta una serie de parámetros importantes.
"Es evidente que en el mercado existe una amplia gama de productos. En cuanto a eficacia, ya se ha comentado la superioridad de la tecnología oscilante-rotatoria. Debe elegir un cepillo con cerdas blandas, con un mango ligero y de fácil agarre, y con un cabezal que llegue a todas las zonas de la boca", subraya.
Es más, mantiene que algunos cepillos incorporan un control de la presión ejercida, así como del tiempo de cepillado. "Finalmente, pero no menos importante, conviene dejarse asesorar por la opinión de expertos como el dentista y la evidencia científica", indica.
Muchos padres dudan si los niños pequeños pueden usar los cepillos eléctricos. El doctor refiere que no hay motivo por el que no puedan usar un cepillo eléctrico. Sin embargo, sí advierte de que la fidelización con la técnica del cepillado cuando son más pequeños suele hacerse con un cepillo manual, ya que hay una oferta mucho mayor de cepillos manuales adaptados al tamaño de la boca y las manos de los niños, aunque cada vez más, esta situación va cambiando.
"Los eléctricos son muy recomendables para personas que tengan alguna enfermedad, discapacidad, problemas o limitaciones a la hora de mantener su higiene personal. Del mismo modo, para sus familiares o cuidadores será mucho más práctico y eficaz utilizar un cepillo eléctrico que uno manual", considera.
El presidente de los dentistas reseña que las técnicas de cepillado no cambian en función del cepillo utilizado, sea manual o eléctrico: "Lo primordial en ambos casos es limpiar bien todos los dientes y superficies, siguiendo siempre el mismo orden para no olvidar ninguna zona y no olvidar al final cepillarse la lengua.
El cepillado nocturno debe complementarse con la higiene interdental", asegura el doctor Castro que todos los organismos y sociedades científicas internacionales avalan que se puede conseguir un adecuado control de las bacterias orales mediante al menos dos cepillados diarios (idealmente tres), de dos minutos de duración cada uno, con pasta dentífrica fluorada.
"De estos dos cepillados, uno necesariamente tiene que ser nocturno. Por lo general, se recomienda dividir la boca en cuatro cuadrantes (dos para la parte de arriba y otros dos para abajo). En cada cuadrante, se deben cepillar todos los dientes y todas las superficies, al menos, 30 segundos; terminando con el cepillado de la lengua que actúa a modo de esponja de bacterias, de ahí la importancia de "barrerla" al terminar el cepillado. Finalmente, no debemos olvidar usar la seda dental o el cepillo interdental por las noches", resalta este dentista.
El cabezal del cepillo eléctrico, al igual que ocurre con los cepillos manuales, debe reponerse cada 3-4 meses, según prosigue, al tiempo que ve importante fijarse en el estado de las cerdas: si se observa que están abiertas y deterioradas es un claro signo de que hay que cambiarlo.
"También hay determinadas circunstancias que nos obligan a sustituirlo por otro, por ejemplo, si hemos estado con fiebre, gripe, o con anginas, porque estará contaminado. Del mismo modo, si por descuido lo ha compartido con otra persona de su entorno, mejor directo a la basura y cambiarlo por uno nuevo", sentencia el presidente del Consejo General de Dentistas.