¿Tu pareja es incapaz de expresar sus emociones? Cómo conseguir que se abra sin presionarle
¿Tu pareja es incapaz de identificar o expresar sus emociones? Lo que le ocurre tiene nombre, alexitimia
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En los últimos años conceptos como la asertividad, la inteligencia emocional o la responsabilidad asertiva se han convertido en algo conocido para la gran mayoría de la población. Nos esforzamos en nuestras relaciones para ser más empáticos, para describir lo que sentimos, para respetar los tiempos y límites de la otra persona, pero, ¿qué pasa cuando nuestra pareja no es capaz de hacer lo mismo?
La alexitimia o incapacidad para hablar de tus emociones
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Son muchas las personas que tienen altos niveles de lo que en psicología se conoce como ‘alexitimia’, definida como la incapacidad para identificar las emociones y/o para expresarlas.
Lo primero que debes saber si tu pareja encaja en esta definición es que no es algo malo o patológico, sino un rasgo de la personalidad. Quizá a ti te resulta muy sencillo identificar cuando estás triste, enfadado, nervioso o ilusionado, pero a tu pareja le cuesta un poquito más porque su cerebro funciona de otra manera.
Como todos los rasgos de personalidad, la alexitimia no es o blanco o negro, sino cuestión de grados. Es muy habitual que las personas alexitímicas sí sean capaces de escuchar y entender sus emociones, pero que a la hora de comunicarlas se bloqueen.
También se puede modificar poco a poco, pero dentro de unos límites. Si tu eres introvertido, puedes aprender a disfrutar de las interacciones sociales, pero siempre vas a necesitar tiempo a solas para recargar energías. Algo parecido ocurre con la alexitimia: con esfuerzo, empatía y apoyo social puedes aprender a identificar tus emociones y a expresarlas, pero a veces te costará más.
Causas de la alexitimia: ¿Por qué tu pareja es así?
Hay algunos casos de alexitimia que tienen un origen biológico. Se trata de un déficit neurológico, es decir, una zona del cerebro que no funciona con normalidad y que impide que la persona identifique sus emociones (generalmente se debe a un fallo en el sistema límbico, encargado de procesar las emociones) o que las sepa comunicar (generalmente se debe a un fallo en la corteza frontal, encargada de dar un razonamiento a lo que sentimos).
Sin embargo, la mayoría de casos de alexitimia se deben a un déficit de regulación emocional adquirido durante la infancia, la adolescencia o la juventud, es decir, la persona no aprende desde pequeña a escuchar sus emociones y a comunicarlas. ¿Por qué?
- Porque sus padres invalidaban su experiencia emocional. Si lloraba le echaban la bronca. Si se enfadaba, ellos se enfadaban más. Si se emocionaba por algo, le decían que era una tontería. Esta dinámica acaba pasando factura provocando unos altos niveles de alexitimia.
- Porque no tenía personas con las que compartir sus emociones. Esto ocurre cuando los padres están muy ausentes, cuando la persona es tímida y no tiene muchos amigos, y en situaciones de aislamiento escolar o bullying.
- Porque sus primeras relaciones afectivo-sexuales eran tóxicas. ¿Recuerdas la invalidación emocional que ejercen los padres? Pues cuando se produce en una relación de pareja, los efectos son similares: aprendes a reprimir y callar lo que sientes para evitar discusiones.
Como imaginarás, es mucho más fácil gestionar la alexitimia cuando se debe a una causa adquirida.
Cómo ayudar a mi pareja para que se abra
Si a tu pareja le cuesta mucho identificar o expresar sus emociones, y eso está pasando factura a la relación, lo ideal es apoyaros ambos para gestionar la alexitimia.
- Predica con el ejemplo. La mejor forma de aprender habilidades de gestión emocional es mediante el modelado, es decir, viéndolas en una persona. Aunque para ti sea un proceso automático, intenta decir en voz alta los pasos que sigues para identificar tus emociones. Por ejemplo: “El otro día mi jefe fue muy distante, y me agobié porque pensé que estaba enfadado. Me pasé todo el día nervioso por eso”.
- Usa la técnica de la flecha descendente. Esta técnica consiste en hacer preguntas hasta llegar a la emoción concreta. Por ejemplo: tu pareja te dice que se encuentra mal, pero no concreta qué emoción siente. Pregúntale “¿Y qué es para ti mal?” para que así defina lo que siente. Después, pregúntale “¿Y qué ha pasado hoy para que te sientas así?”. Y así sucesivamente hasta identificar la emoción y su causa. ¡Precaución! Es importante que tu pareja aprenda a hacerse a sí mismo estas preguntas sin tu ayuda. Al principio puedes echarle una mano, pero no puedes estar siempre detrás sacándole con pinzas sus emociones.
- Una frase que recomiendo a las personas que acuden a terapia por alexitimia es: “Te voy a decir lo que siento, pero no quiero hablar del tema hasta que esté preparado”. ¿Por qué? Porque muchas veces la persona sí identifica sus emociones, pero no quiere que la conversación gire en torno a éstas. En consecuencia, la pareja nota que algo va mal, pero no sabe exactamente el qué. Para evitar esa tensión tan dañina para ambos, tu pareja puede utilizar esta frase, pero después es importante que no insistas, que respetes sus tiempos y que dejes de darle consejos que no te ha pedido. Cuando esté preparado para hablar, hablará.
- Otra frase que puede utilizar tu pareja es: “No estoy bien, pero no tengo claro qué es lo que siento, déjame que ordene mis ideas y después te cuento”. ¿Por qué? Porque tal y como explicaba antes, cuando aparece alguna emoción desagradable pero no se le pone nombre, surge tensión. Gracias a esta frase se propicia un clima de empatía y respeto.
- Reservad algo de tiempo para hablar de vuestras emociones. Todas las semanas dedicad unos minutos a compartir vuestras emociones. ¿De qué podéis hablar? De cómo os sentís ahora, de emociones que habéis experimentado en el pasado, de las causas, de lo que os gustaría cambiar de vuestra inteligencia emocional, etc. ¿Cuándo? En cualquier momento: tumbados en la cama, dando un paseo, tomando una caña, a solas, con amigos, etc.