{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Durante el verano aumenta exponencialmente el riesgo de que nos pique algún bicho, incluyendo las temidas arañas. Aumentan las temperaturas, proliferan los pequeños insectos y arácnidos, y hacemos más planes al aire libre con nuestra piel expuesta. En realidad, es poco frecuente que las arañas decidan mordernos y es bastante más común que la tomen con nosotros mosquitos e incluso moscas. Sin embargo, cualquier excursión por el campo u otra situación donde las arañas se encuentren presentes pueden desembocar en un encuentro desagradable. ¿Qué hacer si te pica una araña y cómo distinguir su picadura?
La buena noticia es que la picadura de araña es, en principio, fácil de distinguir: se caracteriza por dejar dos incisiones en la piel. Además, a pesar de su mala fama, en general la mordedura de araña suele ser inocua, si bien existen casos de arañas venenosas, como la famosa viuda negra, cuya picadura es potencialmente mortal.
Las arañas tampoco suelen picar a no ser que se sientan amenazadas, por lo que puedes evitarla si actúas con delicadeza: quítala con cuidado de tu piel en lugar de realizar un movimiento brusco o agresivo y minimizarás las probabilidades de que la araña te pique.
Lo que sí es común es que aparezca enrojecimiento, dolor e hinchazón si finalmente sufres este tipo de picadura. Además, en algunos casos es posible que aparezca una infección bacteriana, en cuyo caso deberás acudir a un profesional cuanto antes para que te recete un antibiótico acorde a lo que necesites.
Lógicamente, si parecen síntomas más graves que el simple dolor o hinchazón en la zona de la picadura, tales como calambres, nauseas, vómitos o dolor en otras zonas del cuerpo (abdomen, pecho, espalda…), problemas para respirar o tragar… es importante que acudas a un médico cuanto antes, ya que podría tratarse de una picadura o mordedura peligrosa.
Si no es el caso, basta con que laves la zona afectada con agua y jabón para desinfectar la herida. Aplicar hielo o una compresa de agua fría puede ayudarte a reducir la inflamación y el dolor, y también puedes tomar algún analgésico o medicamento contra la alergia. No aprietes la picadura ni trates de succionar el veneno.
Además, es recomendable capturar a la araña que te picó, para poder tomar medidas en caso de que se trate de una mordedura peligrosa.
También existen remedios caseros para las picaduras de arañas: puedes aplicar vinagre (de manzana o de vino), aloe vera, sal marina, aceite de lavanda o bicarbonato de sodio. En cualquier farmacia encontrarás productos específicos para tratar este tipo de picaduras, aunque en la mayoría de los casos no es necesario, ya que los síntomas desaparecerán solos en horas o días: de hecho, muchas veces no se presenta síntoma alguno.
Para evitar este tipo de picaduras, un buen consejo es proteger tu piel para evitar la exposición directa a ellas: pantalón largo, camiseta fina de manga larga, pañuelos finos, sombrero (que, además, te protegerá frente al sol)… son prendas adecuadas para el verano. También existen repelentes para arañas en el mercado, como los que contienen dietiltoluamida (DEET).
En casa, la instalación de mosquiteras puede ayudarte a mantener a las arañas fuera, así como el sellado de grietas y la reducción de recovecos o acumulaciones de cosas, ya que les encanta instalarse entre ellas.