¿A qué horas debes evitar comer si quieres perder peso?
Perder peso de forma saludable pasa también por elegir bien a qué hora ingerimos alimentos
Existen determinados horarios más ‘peligrosos’ cuando se trata de evitar el consumo de caprichos poco saludables
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Alimentarse de forma saludable no solo tiene que ver con seleccionar cuidadosamente qué productos ingerimos: también es cuestión de horarios. Más allá de cómo repartamos la ingesta (se recomienda hacer comidas, de desayuno a cena), hay determinados horarios que es mejor evitar, no solo porque se corresponden con momentos de menor actividad, sino porque suelen asociarse con el consumo de productos poco saludables. Toma nota de a qué horas debes evitar comer si quieres perder peso.
¿A qué horas debes evitar comer para perder peso?
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Está claro que no hay reglas universales a la hora de fijar a qué horas debes evitar comer si quieres adelgazar, ya que ello dependerá de tus hábitos. Sin embargo, si llevas una planificación horaria ‘normal’ (te levantas temprano por la mañana y te acuestas relativamente pronto), existen determinados horarios que se asocian con una ingesta de alimentos menos saludables en un momento en que, además, es probable que no los 'quememos'.
En este sentido, la famosa dietista australiana Susie Burrell, en declaraciones para '7News', ha dejado claro cuáles son las tres franjas horarias del día en las que debes evitar comer: basándose en un estudio realizado en el Reino Unido, estos horarios serían las 11.01 horas de la mañana, las 15.14 horas de la tarde y las 21.30 horas de la noche.
¿El motivo? La dietista asegura que las personas que hacían dieta "consumieron 750 calorías adicionales por día durante estos períodos de alto riesgo”. Esto tiene que ver con momentos como la visita a la cafetería a media mañana (con el consecuente consumo de, por ejemplo, un capricho dulce innecesario), la merienda (misma lógica) y el atracón a destiempo después de la cena.
Se trata, en definitiva, de franjas horarias en las que ya han pasado unas horas desde las comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y empezamos a notar hambre.
Para evitar este tipo de tentaciones, lo mejor es adelantar el ‘redesayuno’ a las 10.30 horas aproximadamente y optar por alimentos sanos: café, yogur griego, queso, galletas integrales… sin superar las 200 calorías. La clave es llegar con hambre al almuerzo.
En cuanto al resto de horarios prohibidos, unas verduras con hummus, unas verduras con requesón o unas galletas saladas, acompañadas de un te, pueden ayudarte a llegar con energía a la siguiente comida en el caso de la merienda; y un trozo de chocolate negro, también acompañado con té, es ideal para la segunda: todo con tal de evitar una visita a la máquina expendedora o a la nevera a última hora de la noche. Recuerda que es importante que tu última ingesta de alimento no ocurra antes de dormir: deja pasar al menos un par de horas.
Sobre todo, evita los dulces durante estos horarios, especialmente durante la noche. Es un clásico de las malas prácticas alimenticias el consumir snacks frente a la tele antes de meternos en la cama.
Además, es un consejo universal entre los nutricionistas que, más allá de dietas flash pensadas para hacerte perder peso en pocos días, lo mejor es introducir hábitos de alimentación saludables a largo plazo y combinar esta rutina con ejercicio intenso al menos tres días a la semana. De esta forma podrás mantenerte sano y tonificado de manera estable.
Concentra la mayor ingesta de alimento en el desayuno (que debes hacer temprano) y ve descendiendo el nivel calórico a medida que avance el día. Si además evitas lo hidratos de carbono por las noches, estarás ganando mucho terreno si deseas adelgazar. No olvides también la importancia de una buena hidratación durante todo el día, especialmente durante la tarde, ya que habrás consumido la mayor parte de las calorías diarias y será un buen momento para eliminar toxinas.