Los piojos de mar han infestado las aguas frente al mar de Gran Bretaña, por lo que se ha recomendado a las personas que eviten nadar en esas áreas. Algunos de los bañistas aseguraron haber sido "mordidos" y haber sentido "picaduras y pellizcos" cuando estaban dándose un chapuzón. No obstante, estos extraños y diminutos animales son más habituales en zonas cálidas como Florida (EEUU) o el mar Caribe.
Los piojos de mar son isópodos, conocidos coloquialmente como cochinillas, que pueden medir hasta cuatro centímetros en algunos casos. Tienen el cuerpo aplanado y sin espinas laterales y la cabeza se encuentra unida al primer filamento del tórax.
Disponen de unas pequeñas antenas, de forma redondeada y no muy alargadas, que utilizan para orientarse. Además, poseen unos dientes diseñados para morder a aquellos depredadores que quieran perturbar su espacio o que pueden usar para cazar.
Esta especie es generalmente parásita de peces y suele afectar a la población tanto de salmón como de truchas de mar. No toleran bien las condiciones de frío y mueren inmediatamente después de una exposición al agua dulce.
Se alimentan tradicionalmente de las mucosas, de la piel y de la sangre de los peces marinos. Por ese motivo, no han supuesto un gran peligro para los humanos. Hasta ahora. La vida útil de los piojos de mar puede variar de 6 a 8 semanas, dependiendo de la especie a la que pertenezca.
Las picaduras producen enrojecimiento y también una intensa sensación de quemazón, de picor y de incluso hinchazón de la piel. Una picadura puede agravarse y sus síntomas pueden durar hasta dos semanas. Además, algunos afectados han sufrido náuseas, vómitos, dolor de cabeza, fiebre y diarrea.
Estos diminutos piojos son difíciles ya que cuando están en el agua activan un peculiar sistema de camuflaje a partir del cual se pueden hacer casi invisibles. Además, como las medusas y otras criaturas marinas, se pueden meter dentro de la ropa de baño e incluso de los neoprenos de los buceadores, picando a sus víctimas sin que se den cuenta mientras están en el agua.
Si nos pica un piojo marino, lo mejor es acudir cuanto antes al médico. El doctor nos realizará un diagnóstico y nos recetará antihistamínicos o antibióticos, según sea necesario. También nos pueden mandar alguna pomada con corticoide o peróxido de hidrógeno, que son eficaces para las mordeduras de este animal. Incluso en muchos lugares se utilizan tradicionalmente algunos remedios caseros como puede ser el vinagre.