Existen algunas máximas incuestionables en materia de salud y bienestar que todos conocemos a la perfección, pero eso no impide que las ignoremos sistemáticamente y que luego suframos las consecuencias. La necesidad de descansar bien, tanto en tiempo como en calidad, es una de ellas: todos sabemos que lo ideal es dormir unas 8 horas (aunque cada persona es un mundo) y que es importante hacerlo sin interrupciones, habiendo creado previamente un ambiente relajado que nos permita abrir los ojos a la mañana siguiente con las pilas cargadas y una sonrisa en la boca. ¿Utopía? Lo cierto es que los ingredientes para lograr ese sueño reparador están a nuestro alcance y dependen en gran medida de nuestra voluntad: hacer deporte, alimentarnos de forma saludable e intentar reducir nuestro nivel de estrés son los más importantes, así como, lógicamente, evitar trasnochar de forma voluntaria. Si necesitas motivación para ponerte serio en cuanto a tu descanso, toma nota de qué le ocurre a tu cuerpo si no duermes ocho horas diarias.
Es un hecho contrastado que, sin un descanso de calidad, será muy difícil que nos concentremos y que afrontemos la jornada con la alegría y la energía necesarias. Por eso las alteraciones del sueño resultan tan nocivas, relacionándose no solo con nuestra salud física, sino también con la mental: depresiones, TDAH, síndrome de fatiga crónica... tienen que ver con el descanso o, mejor dicho, con la falta de éste, así como con su mala calidad.
En este ámbito concreto, los especialistas recomiendan evitar a toda costa la tentación de recurrir a fármacos que nos ayuden a inducir el sueño: comienza por hacer lo que esté en tu mano para solucionar el problema de forma natural. No olvides que muchos de estos medicamentos pueden provocar adicción, y no estarás solucionando el problema de raíz.
En cuanto a las consecuencias de no dormir lo suficiente para el resto de tu organismo, ten en cuenta que, mientras duermes, se desarrollan procesos como aprender información, reflexionar y formar recuerdos; permitir a tu corazón y sistema vascular descansar; liberar más hormona del crecimiento; aumentar la masa muscular y la reparación de células y tejidos; liberar hormonas sexuales; y curarte o evitar enfermedades, al generarse hormonas que ayudan a tu sistema inmunitario.
Si frenas estos procesos y duermes menos horas de las recomendadas sistemáticamente, ya sea por voluntad propia o por padecer insomnio, serás más propenso a tener presión arterial alta, a padecer enfermedades del corazón, a sufrir un accidente cardiovascular, a experimentar enfermedades del riñón, a ser obeso o a tener diabetes, entre otras cosas.
Para evitarlo, toma nota de estos consejos para dormir mejor: