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Las medusas son uno de los animales que pueden encontrarse los usuarios que visiten las playas de España este verano. Debido a su ciclo biológico y al arrastre de las corrientes marinas, es habitual verlas en las zonas costeras de nuestro país. Su aparición puede ser predominante en algunas áreas, pero a nivel global no se puede hablar de un aumento de la especie. Las más comunes son la medusa clavel (Pelagia noctiluca) y la conocida como aguamala (Rhizostoma pulmo). No obstante, en lugares puntuales pueden aparecer otras cuya picadura puede presentar más riesgos, según los alergólogos.
Hablamos de las medusas Carybdea marsupialis o Olindias phosphoric, que pueden compartir características comunes, pero los síntomas difieren según la especie y su peligrosidad. Puede aparecer desde enrojecimiento y escozor hasta pápulas, dificultad para respirar y convulsiones. Ante este escenario, desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) piden a la población que no infravalore las picaduras y que reporte cualquier contacto con este animal. Así lo explica la doctora Mar Fernández Nieto, miembro del Comité de Asma y portavoz de la organización.
En relación con la minusvaloración de las picaduras de medusa, los alergólogos recuerdan los primeros experimentos que realizó Charles Robert Pichet, que dieron lugar al término “anafiláctico” - y con el que obtuvo el premio Nobel de Medicina en 1913 - empezaron con la carabela portuguesa (Physalia physalis), según indican en un comunicado. "Además, en 2016 se describió una reacción anafiláctica grave por picadura de Rhopilema nomadica en una chica de 15 años en las costas de Tel Aviv (Israel) y en el año 2018 desde el Comité de Asma de la SEAIC, publicamos un caso de anafilaxia por la medusa Pelagia noctiluca", explican los expertos.
"Debemos ser conscientes del peligro de su picadura y de las reacciones alérgicas que pueden provocar”, advierte la doctora Mar Fernández Nieto. "Hoy por hoy se están investigando antídotos contra las picaduras de medusas. De hecho, investigadores de la Universidad de Sydney publicaron en 2019 el descubrimiento de un antídoto contra la picadura de la cubomedusa Chironex fleckeri -uno de los organismos más venenosos del mundo- utilizando técnicas de edición genética”, agrega.
Los síntomas de una reacción alérgica por la picadura de una medusa se manifiestan, entre otros, con:
Los alergólogos, en este sentido, sugieren descargar MedusApp, una de las aplicaciones sobre avistamiento de medusas. Esta permite a cualquier usuario advertir del avistamiento del animal y ofrecer en tiempo real un mapa de los lugares donde se detecta su presencia. Fue desarrollada por investigadores de la Universidad de Alicante (UA) y dos informáticos de la Universitat Politècnica de València (UPV), en colaboración con el CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y el Laboratorio de Inmunoalergia del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), según la SEAIC.
La aplicación incorpora inteligencia artificial (IA) para el reconocimiento automático de especies. Hasta ahora, esta app permitía seleccionar el tipo de medusa a través de un completo catálogo, pero gracias a esta actualización, el usuario puede subir la foto e identificar automáticamente la especie antes de subirla a la app para su publicación. “A través del uso de esta app nos gustaría poder iniciar trabajos colaborativos con los servicios de Alergología que se encuentran situados en nuestro litoral y que reciban pacientes con sospechas de una reacción alérgica por medusas”, explica César Bordehore, profesor de Ecología Marina e investigador del Instituto Ramón Margalef de la Universidad de Alicante y director científico de MedusApp.
Además, la app ofrece una guía interactiva de cómo proceder ante una picadura e información sobre la peligrosidad de las diferentes medusas. “El protocolo general y útil para todas las medusas, es lavar con agua de mar sin frotar y aplicar una solución de bicarbonato al 50% con agua de mar", explica Eva Fonfría, doctora en Bioquímica e investigadora del Instituto Ramón Margalef de la Universidad de Alicante.
"Si quedasen tentáculos o fragmentos residuales, estos se pueden quitar con pinzas, guantes o una tarjeta plástica. En el caso de que el dolor persistiera, se debería acudir a los servicios de socorrismo o asistenciales. Si además de las molestias en la piel, el individuo presenta mareo, escalofríos, fiebre, hinchazón, se recomienda acudir a urgencias y consultar con un alergólogo”, sentencia la experta.