¿Cómo sé que alejarnos nos va a venir bien? Una psicóloga explica cinco situaciones en las que un descanso es recomendable y una situación en la que conviene cortar definitivamente
¿Hay que mantener el contacto? ¿Cuánto durará el tiempo? ¿Podemos tener sexo con otras personas? 7 claves para que el descanso no acabe en una ruptura definitiva
Para muchas personas, ‘darse un tiempo’ es un eufemismo, una especie de frase hecha que amortigua el dolor. Sin embargo –y aunque te sorprenda–, muchas parejas realmente necesitan separarse para tener un poco de espacio y distancia y así pensar, curar heridas y reforzar la relación.
Aunque los “descansos” se hayan utilizado en un sinfín de ocasiones como una excusa, lo cierto es que darte un tiempo con tu pareja no tiene que traducirse en una ruptura definitiva. De hecho, lo más habitual es que las parejas se reconcilien después de poner en stand by la relación. Pero para que esto ocurra y que no haya reproches, dinámicas tóxicas del pasado o desconfianza, es importante seguir ciertas recomendaciones.
Las claves para saber si tu relación puede no solo sobrevivir a un descanso, sino también verse reforzada, son:
Hay codependencia emocional. Si sois incapaces de vivir y ser felices sin el otro, quizá necesitáis cierto espacio para poder reforzar vuestra independencia.
Hay conflictos recurrentes sin una resolución. Siempre discutís por lo mismo, pero no encontráis una solución. ¿Os habéis planteado alejaros unas semanas y analizar la situación desde fuera? La distancia puede ayudaros a reflexionar, empatizar con el otro y ceder ambos para encontrar una solución.
No tenéis claro lo que sentís el uno por el otro. Si hay dudas respecto a lo que sentís o al futuro que ambos queréis, alejaros puede ayudaros a poner en orden vuestras emociones y expectativas de futuro. Sé que asusta; al fin y al cabo, existe el riesgo de que tu pareja (o tú) se de cuenta de que ya no hay amor, pero una relación debe basarse en la sinceridad.
Se ha producido una infidelidad. La infidelidad puede ser sexual o emocional. Sea como sea, ahora una de las partes desconfía y eso no es sano. Antes de perdonar, necesitáis pensar sin presión. Tomaos un descanso para seguir adelante sin reproches ni rencor.
Si tu relación está caracterizada por la violencia física, psicológica o sexual (tanto si solo proviene de una de las partes como si es recíproca), lo ideal es cortar definitivamente.
Aunque haya mucha codependencia fruto de las dinámicas tóxicas que caracterizan las relaciones violentas, necesitáis alejaros para poder sobrevivir.
Lo ideal es que la parte maltratadora pida ayuda psicológica para cambiar y que la parte maltratada pida ayuda psicológica para superar las secuelas. Hay demasiadas heridas abiertas como para dejar la relación en stand by. Lo mejor para ambos es poner un punto y final.
Un descanso para reforzar la relación: Claves para lograrlo
Tomaros un tiempo separados puede ayudaros a fortalecer la relación, pero para lograrlo debes entender que no son unas vacaciones para hacer lo que quieras, sino un tiempo para encontrarte, reflexionar y esforzarte.
Pactad una duración del descanso. Cada pareja es diferente, pero lo ideal es que la duración del descanso sea superior a dos semanas para que tengáis tiempo para pensar, e inferior a seis meses para que no haya dependencia emocional.
Mantener el contacto, ¿error o acierto? Antes de daros un tiempo, decidir si vais a mantener el contacto. No es recomendable hablar todos los días o quedar muy a menudo ya que reforzaréis el “enganche”. Sin embargo, sí es necesaria cierta comunicación. Podéis hablar una vez a la semana si lo necesitáis, pero nada de sexo (aunque cueste mucho).
“Cuernos” durante el descanso. Aunque ahora os parezca imposible, puede que conozcáis a alguien y tengáis sexo. Tenéis que decidir si en el reencuentro, esa información se compartirá o no. Si tú o tu pareja no queréis saber nada, después no tienen cabida los reproches o los interrogatorios.
Sinceridad contigo y con tu pareja. Lo más importante es compartir lo que sientes en todo momento. Si os dais un tiempo y te das cuenta de que quieres dejarlo definitivamente, dilo. No esperes a que la otra persona se de cuenta.
Sin prisas. Los primeros días vas a sentir unas ganas terribles de volver con tu pareja. Es una necesidad normal fruto de la dependencia emocional. Espera unos días más para reflexionar sin la influencia de esa dependencia. No necesitas meses, pero sí unas semanas.
Vuelve a ser independiente. Haz todo aquello que dejaste de hacer mientras estabas con tu pareja. Retoma hobbies, viaja, dalo todo con tus amigos… Ahora pregúntate si eres capaz de compaginar esa faceta de ti (tu yo independiente y feliz) con la relación. Si la respuesta es no, la relación te cortaba las alas.
Analiza las dinámicas de la relación que no quieres que se vuelvan a repetir. Es muy fácil que volváis a entrar en un bucle y acabéis igual que antes. Párate a pensar en todo aquello que da pie a ese bucle. ¿Cómo podéis evitar repetir viejas costumbres? ¿Estás dispuesto/a ceder para para evitarlas? ¿Y tú pareja?