Una de las quejas más comunes en verano son los pies. Molestan las sandalias, las chanclas y la temperatura del suelo, que puede causar desde durezas, ampollas, hinchazón, tirones, calambres… La lista de dolencias es larga, y no debe tomarse a broma. Así afecta el calor a nuestros pies.
Uno de los grandes problemas del verano para nuestros pies es la hiperhidrosis (exceso de sudoración), que hace que perdamos más líquidos y por tanto nos deshidratemos con más facilidad, además de hacernos más vulnerables a infecciones.
Para hacer frente a la hiperhidrosis en los pies en verano, utiliza calcetines y zapatillas cómodas y transpirables, lava los pies diariamente y sécalos bien, ventila el calzado y, si lo consideras necesario, usa talcos o unas plantillas personalizadas.
La hinchazón de los pies y tobillos se produce en verano porque con el calor los vasos sanguíneos se dilatan y es más costoso el bombeo de sangre desde las extremidades hasta el corazón, explican desde el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV).
Para evitarlo, coloca las piernas en alto y refresca los pies con agua fría para mejorar la circulación.
“Estos baños fríos solo son aconsejables en personas que sientan hinchazón o quemazón en la zona porque tienen una retención de líquidos o trastorno de circulación leves. Sin embargo, no es aconsejable en personas con trastornos de la circulación más severos porque tienen alterada la sensibilidad y al contacto con mucho frío se pueden quemar”, aconsejan desde el ICOPCV.
La aparición de infecciones por bacterias u hongos son más probables en verano por el uso de zapatos abiertos y por la mayor sudoración.
“Al usar un calzado abierto, las personas que utilizan habitualmente tratamientos ortopodológicos como las plantillas no los pueden colocar en las sandalias. Esto hace que tiendan a reproducir las patologías que tenían”, informan desde el ICOPCV.
Además, nos exponemos al sol y muchas veces olvidamos que la piel de los pies también debe protegerse, sobre todo en la parte del empeine y la planta.
El uso de un calzado abierto hace que los pies sufran más en general, sobre todo si llevamos un calzado inadecuado. Si es tu caso, usa una crema específica para hidratar los pies.