El uso cada vez más extendido de las videollamadas y el empleo de filtros en las redes sociales está llevando a muchas personas a visitar los centros de medicina estética. Sobre todo los jóvenes de entre 18 y 20 años acuden con fotografías de imágenes irreales con la idea de salir de la consulta con unos rasgos que no existen. El problema, dicen los expertos, es cómo se ven y no como son realmente.
Tras la llegada de las redes sociales y la continua necesidad de mostrar nuestro cuerpo, la sociedad actual busca cada vez más la perfección cuando se trata de estética. Para ello contratan a todo tipo de cirujanos plásticos capacitados para el perfeccionamiento de la misma, intentando potenciar la estética facial, entre muchas otras cosas.
El culto al cuerpo se ha visto potenciado tras la llegada de las nuevas tecnologías. Con el abusivo uso de las redes sociales, los usuarios pueden caer en inseguridades y desear tener el cuerpo que otros seguidores suyos tienen. Además, con la implantación de los efectos y de los filtros, nuestra cara se puede moldear y acaban apareciendo los complejos o las visitas innecesarias a las clínicas de estética.
Muchos de los pacientes cuando llegan a estos centros especializados muestran fotografías que se han hecho con el uso de filtros y aseguran que ese es el rostro o el cuerpo que quieren tener. Sin embargo, el trabajo de un buen especialista es analizar cada caso y, en caso de no ser necesario, negarse a tratar al paciente y recomendarle algún experto de salud mental.