La ola de calor por la que atraviesa estos días España está causando estragos. Los expertos en salud advierten de los riesgos de las altas temperaturas, que ya se han cobrado la vida de más de 500 víctimas en algo más de una semana. Ante el miedo a esta realidad, muchos se preguntan cuál es el perfil de las personas más vulnerables a un golpe de calor. El doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), y el doctor Xaver Xercavins, especialista en Medicina General, explican las claves en Informativos Telecinco.
Según los dos expertos consultados, los más vulnerables a un golpe de calor son las personas mayores, de entre 70 y 75 años (donde más ha aumentado la mortalidad), y aquellas que tienen una patología de base. Además, también son más propensas las personas con obesidad (por la regulación de la temperatura por la grasa) o muy delgadas (por la deshidratación con la sequedad de los tejidos). Asimismo, deben guardar mayor precaución las embarazadas (por el estrés mantenido) y los niños, ya que no tienen desarrollado el sistema termoregulador.
No obstante, según explica el doctor Xercavins, los golpes de calor pueden darse a cualquier edad: "Si un joven se arriesga y no bebe lo suficiente, puede aparecer. Puede afectar a todo el mundo", subraya el experto. El doctor Armenteros, en este sentido, advierte de que los pacientes presentan una característica común, las "manifestaciones indefinidas". "No saben por qué se encuentran mal. El estrés térmico hace que se reduzca la capacidad de defensa ante el sol", detalla.
El estrés térmico es la sensación de malestar que se experimenta cuando la permanencia en un ambiente determinado exige esfuerzos desmesurados a los mecanismos de que dispone el organismo para mantener la temperatura interna, mientras se efectúa el intercambio de agua y demás sustancias del cuerpo. "Es un conjunto de reacciones metabólicas del organismo que puede llegar a afectar a los órganos vitales (cerebro y corazón)", apunta el doctor Xercavins.
El doctor Armenteros comenta que el estrés térmico puede dar una sensación de incomodidad, por lo que hay que prestar atención. Sin embargo cuando se trata de un golpe de calor, hablamos de una afectación más aguda e inmediata. "Una cosa es sentirse a disgusto y otra es encontrarse mal", precisa el portavoz de la SEMG. "En estos casos, la temperatura corporal supera los 40 grados y puede haber un fallo multiorgánico que provoque un infarto o parada cardiorrespiratoria y la muerte", agrega al respecto. Se puede perder mucho sudor y no ser consciente, además de perder sales, y la piel se queda seca.
"Hay que saber que el golpe de calor es traicionero. Hasta que uno se da cuenta que va en serio, puede notar síntomas poco importantes", explica el doctor Xercavins. Entre otros, destacan:
Después de estos, pueden aparecer en un cuadro más avanzado:
Respecto a la sudoración, de la que hay muchas dudas, el doctor Xercavins aclara: "La sudoración es bastante anárquica. Cada uno sabe de dónde suda y si suda mucho. No obstante, cuando esto se ve superado, y vemos sudor en zonas poco frecuentes, también es un signo".
El doctor Armenteros advierte de cómo afecta el sol y del riesgo de deshidratarse: "Hay pérdida de sales que pueden dar lugar a alteraciones cardíacas (como arritmias) e incluso alteraciones metabólicas o insuficiencia renal. Todo unido puede dar lugar a un deterioro que de paso a un fallo multiorgánico".
Las recomendaciones son claras. Las personas frágiles y mayores, si pueden no salir de casa, mejor. Y si en la vivienda hace calor, hay que tenerla ventilada. Hay que beber mucho líquido y acompañarlo de forma esporádica de bebida isotónica por la pérdida de sales (un vaso al día vale). Se debe valorar el salir a partir de las 18:00 horas e incluso más al anochecer, ya que la temperatura es menor. Si hay 35 grados de forma mantenida, se sugiere salir solo para lo imprescindible. No porque vayan a sufrir un golpe de calor, sino porque la alta temperatura va afectando.
"Si sales un rato, puedes descompensarte más rápido. Hay que tener precaución y mantenerse fresco en casa", explica el doctor Armenteros, que aporta consejos prácticos:
La población general debe contar con recursos para combatir el calor: como la gorra (aunque no ayuda mucho en horas centrales), gafas de sol, abanico, botella de agua, paraguas e incluso spray para refrescarse. El doctor Armenteros asegura que "hay menos consultas de las que tendría que haber", ya que mucha gente tiene la frase hecha de "achacarlo" al calor (el malestar) y no saben que se están descompensando. "No son conscientes de que el estrés térmico les está afectando", advierte.
"Si no haces una actividad desorbitada por la calle, hay que beber un litro y medio o dos de agua. Si te arriesgas, y sales por ejemplo a hacer deporte, mucho más. Tampoco hay que fiarse de los helados, que te llevan al 'cielo' pero contienen poco líquido. Satisfacen mucho pero no hidratan. Además, el alcohol y la cerveza, en momentos de calor como estos, no se debería tomar durante el día. Por la noche es distinto", detalla el doctor Xercavins.
Respecto a la alimentación: "A la hora de comer, es como cuando hablamos del baño. Si hacemos una gran comida, no nos tiramos al mar. Es lo mismo a la hora de ir a pasear por el sol. No se recomienda después de un atracón. Se recomienda para estos días comidas ligeras, de frutas, ensaladas, con un mínimo de proteínas. Esto es mucho más tolerante", apunta el especialista en Medicina General.
Los golpes de calor pueden ser activos (personas que hacen deporte o están trabajando) o pasivos (personas que se quedan dormidas al sol o se exponen mucho sin prevención). En el primer caso, "toda la gente que trabaja bajo el sol físicamente tiene más riesgos que uno que trabaja en interior". Hablamos de obreros, operarios de limpieza o camareros (aunque en este caso se ayudan del aire acondicionado en los establecimientos y la cosa ya cambia, según los doctores).
Los trabajadores expuestos al sol mucho tiempo deben contar con ropa adecuada y refrescarse unos minutos cada hora. La hidratación es imprescindible. Si hablamos de transeúntes o deportistas, deben saber que las horas centrales del día presentan riesgos. "Si estás parado 10 minutos al sol, se refleja una gran cantidad de calor que eleva la temperatura y puede afectar al mecanismo fisiológico. Pueden aparecer alteraciones que den lugar a un infarto o una parada cardiorespiratoria", comenta el doctor Armenteros. Por no hablar de las mascotas, que tampoco deben salir ante temperaturas extremas.