Las noches con la ola de calor están siendo insoportables en España. A primera hora de la mañana de este viernes, se alcanzaban los 35 ºC en varias provincias, una temperatura que lo pone muy difícil para conciliar el sueño, sobre todo en las casas sin aire acondicionado. Darse una ducha antes de dormir puede ayudar, pero ¿por qué no es recomendable hacerlo con agua fría?
La ola de calor lleva una semana sofocando a España, y aún le quedan unos días más. Las temperaturas nocturnas no bajan de los 20 ºC en gran parte del país, en lo que se conocen como noches tropicales, incluso está habiendo comunidades que se acuestan a más de 30 ºC.
Nuestro cuerpo necesita bajar la temperatura corporal para conciliar el sueño, de lo contrario no tendremos la suficiente dosis de melatonina, la hormona del sueño. La temperatura es clave en la segregación de esta hormona.
Además, el calor influye en el ritmo cardiaco, que también puede hacer que nos despertemos continuamente cuando se desajusta.
No dormir, entre otras cosas, tiene impactos en el estado de ánimo: nos hace estar más tristes, más irritables y más estresados. También afecta a la salud física, especialmente en personas vulnerables como los mayores de 65 años, los niños y aquellas con enfermedades cardiacas o respiratorias.
La temperatura ambiente ideal para dormir, según investigaciones recientes, es de entre 21 y 22 grados. Pero, sin aire acondicionado, hay que apañárselas para reducir la temperatura corporal. Prueba a darte una ducha antes de dormir.
Podríamos pensar que una ducha fría antes de dormir enfriará el cuerpo y esto nos ayudará a descansar mejor, pero el cuerpo no funciona así. Tampoco hay que hacerlo con agua fría. En el punto medio está la virtud.
Al percibir el agua fría, nuestro cuerpo reaccionará almacenando todo el calor posible, es decir, va a generar más calor todavía. Si, por el contrario, nos damos una ducha con agua templada, favoreceremos que los vasos sanguíneos se abran, se dilaten, y expulsen calor corporal. Así, nuestros órganos se enfriarán y podremos dormir a gusto.
También tiene que ver con las hormonas, concretamente con una relacionada con el estrés, el cortisol. En general, las personas producimos esta hormona por el día, y después esta se reduce drásticamente por la noche, a la hora de dormir. Pero una temperatura demasiado elevada puede alterar este ciclo.