Una psicóloga comparte cinco consejos para que el móvil no arruine vuestra relación de pareja
Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, el móvil nos acompaña. Mientras hacemos pis por la mañana, durante el desayuno, en cada pequeño descanso de la universidad o del trabajo… Es como si una vocecilla interna nos obligase a desbloquearlo una y otra vez en busca de nuevas notificaciones.
¿Somos menos productivos por culpa del teléfono? Quizá sí. Nos cuesta más concentrarnos y eso repercute en nuestro rendimiento académico y laboral, pero también en nuestra tolerancia al aburrimiento: no sabemos descansar porque en cuanto nos tumbamos, nuestro brazo busca el teléfono para distraernos durante media hora haciendo ‘scrolling’ en Instagram, Twitter o TikTok.
A mayores, esta adicción puede afectar a nuestras relaciones sociales, tal y como le ocurre a la pareja de Leticia:“Hace más caso al móvil que a mí”, comparte con nosotros la joven de 23 años, “y da igual que estemos viendo una peli en casa o cenando fuera, siempre va pegado al móvil”.
Pese a haber discutido en incontables ocasiones, Leticia ya no sabe qué hacer. “A veces me he cabreado hasta el punto de decirle que o el móvil o yo, pero joder, ¿de verdad está dispuesto a cargarse la relación por mirar Instagram?”, se pregunta.
Lo que está claro es que su situación no es un caso aislado. Son muchas las parejas que, de forma más leve o similar, tienen una relación a tres con el teléfono. ¿Por qué ocurre esto? Y más importante todavía, ¿hay solución?
Por qué tu pareja está más pendiente del móvil que de ti
Tendemos a buscar explicaciones enrevesadas y bastante catastrofistas, pero ni tu pareja se aburre a tu lado, ni tienes motivos para ponerte celoso/a. El problema es mucho más sencillo, o al menos en la mayoría de los casos: somos adictos al móvil.
Todos, en mayor o menos medida, hemos automatizado el uso del teléfono móvil hasta convertirlo en un comportamiento abusivo, es decir, en una adicción. ¿Cómo saber si es el caso de tu pareja?
Lo primero que hace al despertarse es mirar el móvil.
Lo último que hace por la noche es mirar el móvil.
Mientras coméis, mientras veis una serie, mientras dais un paseo… Siempre tiene el móvil en la mano.
Cuando está en clase, estudiando o en el trabajo, se distrae mirando el móvil.
Cuando quedáis con amigos, mira el móvil. Quizá no tanto como cuando estáis a solas (la confianza da asco y por eso te toca aguantar su adicción en su máximo esplendor), pero lo suficiente como para que te os deis cuenta.
Si el comportamiento de tu pareja encaja en esta descripción, quizá tiene una pequeña (o no tan pequeña) adicción al móvil.
Cómo cortar con el móvil y volver a ser dos en la relación
Como hemos visto, la principal causa de que tu pareja haga más caso al móvil que a ti es la adicción al mismo. Por eso hay que seguir ciertas pautas para sacarlo de la ecuación y volver a ser solo dos en la relación.
Hablad seriamente y con respeto. No esperes a estar súper cabreado/a para hablar del tema, porque acabaréis discutiendo y tu pareja se pondrá a la defensiva. Escoge preferiblemente un momento en el que estéis a gusto y en calma.
Explica lo que sientes con detalles. En vez de decir “es que pasas mucho tiempo con el móvil y estoy hasta las narices” y cortar la charla, intenta ser más claro para que la conversación sea constructiva. Dile qué es lo que te molesta, por qué y cuáles son las situaciones que más rabia te dan (esto último es, quizá, lo más importante). Deja que tu pareja se exprese. Intentad llegar a un consenso.
Que el cambio sea progresivo. Para que superar la adicción al móvil sea más fácil, lo ideal es plantear pequeños retos asequibles. Aquí entran en juego esas situaciones que tanta rabia te dan. Por ejemplo, pídele no utilizar el móvil cuando veis una película en casa o durante las comidas y cenas. Así, será más fácil ver los avances.
Refuerza el esfuerzo de tu pareja y los cambios que tienen lugar, por pequeños que sean. Tendemos a obviar los avances y castigar los retrocesos. Esto es un error porque nos hace caer rápidamente en las viejas dinámicas. Para evitarlo, cuando tu pareja deje el móvil, refuérzale. ¿Cómo? Dándole las gracias, reconociéndole el esfuerzo o con una muestra de cariño.
Buscad alternativas de ocio. Normalmente, la adicción al móvil comienza a afectar a la relación cuando han pasado varios meses o años y os habéis acostumbrado a una rutina. Podéis buscar nuevas aficiones compartidas: hacer ejercicio, alguna ruta de senderismo, jugar a juegos de mesa, ir a algún concierto, tener una noche de cine a la semana, etc.