Con el calor, el cuerpo nos pide bebidas fresquitas, comidas ligeras, helados, cerveza… Pero no todos los alimentos nos ayudan a llevar bien las altas temperaturas. Entre las recomendaciones de los expertos para combatir la ola de calor y cuidar el pelo y la piel con los 40 ºC que nos esperan estos días, están la de beber mucha agua y tomar comidas picantes.
La hidratación es lo más importante durante los episodios de calor extremo. El cuerpo pierde líquidos rápidamente con la sudoración (que es un mecanismo de nuestro cuerpo para regular su temperatura), por lo que debemos beber continuamente, aunque no tengamos sed. Siempre es mejor beberla del tiempo que fría, por cierto, porque cuando está muy fría el cuerpo se pone en marcha para calentarse, que es lo opuesto a lo que necesitamos en una ola de calor.
Y no solo el agua es importante para hidratarnos. Frutas y verduras como la sandía, las uvas, la manzana, lechuga, espinadas, el kiwi o el tomate tienen un alto contenido de agua, por lo que nos hidratan además de refrescarnos. Los batidos de frutas y el gazpacho o el salmorejo son buenos aliados en el verano.
Las cervezas frías y tintos de verano, por el contrario, aunque pueden ser refrescantes a la hora de consumirlos, hacen que nos deshidratemos más rápido, puesto que inhiben la hormona antidiurética, ocasionando que expulsemos más líquidos de los ingeridos.
Los helados, aunque en general no hacen daño a nadie (a menos que estés tratando de perder peso), tampoco ayudan demasiado en las horas de más calor. Esto se debe a que contienen mucho azúcar, y eso sumado al frío provoca que baje la temperatura de nuestro sistema digestivo, a lo que el cuerpo responde generando aun más calor interno. En vez de refrigerar el cuerpo, lo calientan más.
Paradójicamente, las comidas picantes como las guindillas y los jalapeños, que solemos asociar al calor, son muy consumidas en regiones desérticas o muy calurosas del mundo. ¿Sabes por qué? Los ingredientes y especias picantes suben la temperatura corporal y estimulan la circulación sanguínea, haciendo que sudemos más, y la evaporación del sudor hace que nuestro cuerpo se enfríe y regule su temperatura.
Una ola de calor no es buen momento para hacer dietas supuestamente milagrosas o estrictas, y tampoco lo es para hacer comidas demasiado copiosas y grasientas, puesto que obligan a nuestro cuerpo a centrarse en la digestión, en vez de ayudarlo a controlar la temperatura corporal.
Esto es importante especialmente por la noche, cuando las temperaturas son muy elevadas y resulta muy complicado de por sí pegar ojo. Si a ello sumamos una digestión pesada, dormir será misión imposible.
La hidratación no solo es importante para cuidarnos por dentro, también por fuera. Beber agua ayudará a mantener la salud de tu pelo y tu piel.
También lo harán los alimentos ricos en vitamina C, como la naranja, el kiwi, pimiento rojo o las fresas, que previenen el fotoenvejecimiento.
De igual manera, las comidas con betacarotenos como las zanahorias, los nísperos o los albaricoques favorecen la producción de melanina, lo cual hace que nos pongamos más morenos y nos quememos menos.
Para cuidar el pelo, suele recomendarse el consumo de alimentos ricos en vitaminas y aminoácidos, como las almendras o al aguacate, y en omega 3, como es el salmón.