Debilidad y fatiga física: ¿por qué estoy tan cansando?

  • Existen muchas posibles causas para el cansancio, como la anemia, pero también posibles enfermedades subyacentes

  • En la mayoría de casos basta con cambiar nuestros hábitos para notar más energía: alimentación, ejercicio, relajación...

  • El calor, los cambios de estación... también pueden afectarnos, especialmente cuando las temperaturas ascienden en poco tiempo

Existen muchos motivos por los que podemos sentirnos cansados, y muchas veces no hace falta mirar muy lejos para identificar las causas: un ritmo de vida acelerado, falta de sueño, excesiva actividad física o mental, no alimentarnos de forma equilibrada y saludable... Atender a todos estos factores y poner cierto orden en nuestras vidas puede bastar para evitar los efectos del cansancio que, sin embargo, también puede tener relación con un episodio de anemia o una enfermedad subyacente, así como los cambios estacionales (es el caso de la astenia primaveral). ¿Qué es el cansancio y cuáles son sus causas?

Debilidad y fatiga física: ¿por qué estoy tan cansando?

Si te preguntas por qué estás tan cansado, es bastante probable que las causas de esa sensación de agotamiento y fatiga constantes tengan mucho que ver con tus propios hábitos de vida. Los síntomas del cansancio son bien conocidos: agotamiento, debilidad, sueño, falta de concentración... También ciertas dosis de mal humor y una menor eficiencia a la hora de lograr nuestros objetivos. Es una especie de espiral de la que es difícil salir si no tomamos medidas y, para ello, lo mejor es empezar por conocer el origen de tu cansancio, especialmente si esta sensación interfiere en tu día a día, si persiste o si se puede relacionar con alguna enfermedad cuyo síntoma sea la fatiga.

En general, el cansancio se asocia con falta de fuerza y energía física y/o mental, y cada una presenta matices que pueden ayudarnos a identificar la causa que lo provoca.

  • Cansancio o agotamiento físico. Cuando nos enfrentamos a cansancio físico, normalmente experimentados debilidad muscular y un agotamiento que se relaciona con una actividad física excesiva o importante. Puede asociarse con dolor en músculos o articulaciones debido precisamente a ese sobreesfuerzo, aunque puede deberse a otras causas.
  • Cansancio o agotamiento mental. El cansancio también puede tener carácter cognitivo y, cuando esto ocurre, nos cuesta concentrarnos y realizar actividades intelectuales con normalidad. A menudo tardamos más tiempo en realizar una tarea con respecto al que emplearíamos en situaciones normales. Por ejemplo, muchas personas encuentran dificultades para realizar tareas intelectuales al finalizar el día, ya que necesitan descanso mental. Del mismo modo, las horas posteriores al descanso suelen ser más productivas, cuando nuestra cabeza ha podido ‘resetearse’ tras el sueño.

El cansancio suele responder a una causa clara que sabemos identificar, como dormir pocas horas o no descansar adecuadamente, el cansancio laboral o profesional, cambios de hora y de estación con más horas de luz (por ejemplo, aumento o descenso de las temperaturas), incorporación a la vida laboral tras las vacaciones...

Sin embargo, las causas no aparentes del cansancio recogen todo tipo de enfermedades de las que el agotamiento es uno de sus síntomas. Normalmente será necesario analizar qué otras sensaciones experimentamos para dar con un diagnóstico certero.

Por ejemplo, el cansancio puede ser causa de una anemia, así como de enfermedades cardiovasculares, de una infección vírica o bacteriana, de una inflamación, de diabetes, de enfermedades neurológicas, de un déficit de vitaminas, de alteraciones hormonales como la de la tiroides... También puede tener que ver con algún tipo de cáncer, así como con trastornos alimentarios, efectos secundarios por el consumo de medicamentos, depresión, estrés, apnea del sueño o embarazo.

Es difícil dar con la clave de la causa del cansancio cuando éste no tiene motivo claro: lo mejor que puedes hacer antes de acudir a tu médico es preguntarte desde cuándo sientes cansancio y de qué forma se manifiesta, así como recapacitar acerca de tu estilo de vida y cómo éste puede influir en la presencia de debilidad física o mental. También ayudará en tu diagnóstico identificar otros síntomas e informar a tu médico acerca de cualquier enfermedad que ya padezcas o que hayas padecido en el pasado, antecedentes familiares, etc.

Tu médico podrá realizar pruebas como análisis de sangre para identificar una posible anemia, y también es conveniente descartar alteraciones hormonales, falta de aporte vitamínico, etc. Es habitual que el cansancio desaparezca si corregimos algunas rutinas, como las relacionadas con la alimentación, el sueño o la actividad física y mental. La relajación también puede ser clave para mejorar en este aspecto, reduciendo los elevados niveles de ansiedad con los que convivimos regularmente, a pesar de su carácter perjudicial para nuestra salud.

Además, es posible experimentar cansancio crónico o agudo y, cuando esto ocurre, la causa suele encontrarse en alguna enfermedad psicológica o crónica que padezcamos. En cuanto al agotamiento emocional, éste consiste en el aquel estado en el que nos sentimos sobrepasados por un alto nivel emocional. En estos supuestos perdemos la capacidad de controlar la situación, de tomar decisiones, de afrontar problemas... todo ello unido con falta de motivación. Se trata de una dolencia concreta, similar a la fatiga mental que, tal y como explica Salud Savia, consiste un estado de agotamiento psicológico y físico debido a un estrés mental continuo y una situación emocional excesivo.