¿Dónde debes guardar los medicamentos si viajas en verano?: qué hacer y qué no
Joaquina Huarte, farmacéutica y vicepresidenta de SEFAC, explica la mejor forma de guardar las medicinas
Debemos tomar más precauciones a la hora de conservar los medicamentos en verano
Unas malas condiciones de conservación pueden hacer que los medicamentos tengan efectos indeseados
Unas malas condiciones de conservación, como puede ser de temperatura o de humedad pueden convertir los medicamentos en ineficaces y hacer que produzcan más efectos indeseados. Por ello, especialmente en verano con el aumento de las temperaturas y las sucesivas olas de calor, debemos tener más cuidado.
"Hay que tener mucho cuidado con el calor, como con la mayonesa, se puede romper esa emulsión del jarabe debida al calor", alerta sobre las formas líquidas de los medicamentos Joaquina Huarte, farmacéutica y vicepresidenta de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) de Aragón, La Rioja y Navarra. En este sentido, recuerda que muchos comprimidos y cápsulas van en blíster para protegerlas de la humedad, y además algunos son aluminios de color gris para protegerlos de la luz.
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¿Cómo conservar los medicamentos?
Así, la miembro de SEFAC resalta que los medicamentos deben guardarse siempre en su envase original, protegidos de la luz, y siempre junto al prospecto para poder consultarlo en caso de dudas, y siempre alejarlos del alcance de los niños.
Después, resalta que si al finalizar un tratamiento, de antibiótico o corticoide, sobra parte del medicamento este no debe guardarse en el botiquín, salvo que así lo indique el médico: "En el botiquín debe permanecer aquello que conocemos, como pomadas para quemaduras, para infecciones, ibuprofeno, paracetamol, anticatarrales, ácidos para el estómago; en definitiva, algo que conocemos y que podemos tomar por nuestra cuenta, así como nuestra medicación habitual. El botiquín no es para guardar el resto de los medicamentos, sino los que conocemos, y se debe revisar periódicamente la fecha de caducidad del botiquín. Si está caducado mejor no usarlo. Si es más de un mes retirarlo porque si no se pueden producir efectos adversos no deseados".
Siempre tenemos que respetar las condiciones de conservación que figuran en los envases de medicamentos y dice que habitualmente son dos. Por un lado, está los que recomiendan una conservación normal, por debajo de 25 y 30 grados, en un lugar fresco y seco, es decir, la cocina y el baño no son adecuados por cambios bruscos de temperatura y humedad.
Por otro, hay medicamentos que hay que guardarlos en frigoríficos, entre 2 y 8 grados, y estos habitualmente cuando podemos desplazarnos por un viaje debemos transportarlos en embalaje isotérmico, hay que respetar la cadena de frío pero no congelarlos, como cuando vamos al supermercado a por congelados para llevarlos hasta casa. Aquí la farmacéutica de SEFAC destaca que no se deben guardar los medicamentos ni en la cocina, ni en el baño, pero tampoco en armarios donde les dé el sol, o que se encuentren cerca del radiador, donde pueden sufrir más calor de lo habitual. A su vez, advierte de que aquellas personas que trabajen con camiones o en el coche no guarden tampoco medicamentos en las guanteras, donde pueden sufrir los mismos efectos. Entonces, remarca que los lugares idóneos para guardar los medicamentos son en las mesillas de noche o bien en un pasillo.
Recomendaciones para verano
A su vez, Joaquina Huarte apunta que en verano deben seguirse estas precauciones antes mencionadas, aunque aconseja extremar las precauciones con los medicamentos que deben conservarse por debajo de los 25 grados. En este caso dice que, ante una ola de calor, esos medicamentos que podemos guardar perfectamente en un armario del pasillo, si durante unos días hay canícula o olas de calor y la temperatura ambiente es de 30 grados no pasa nada porque los medicamentos tienen un rango de seguridad en este sentido y son momentos puntuales.
En el caso de los que deben conservarse en frigorífico dice que, en verano, y sobre todo si viajamos y nos desplazamos en una excursión debemos tener mucho cuidado con ellos. De ahí que sugiera el empleo, además del embalaje isotérmico, el empleo de unas placas de hielo, con la que nos aseguramos que se respeta la cadena de frío, aunque incide en que los medicamentos no deben congelarse nunca, porque si no habría que eliminarlos.
Otro consejo sobre los jarabes, las cremas o los supositorios y óvulos, semisólidos y más inestables y sensibles al calor, ve conveniente guardarlos en el frigorífico, en la puerta, una zona donde no está muy fría, para que se conserven mejor. En el caso de supositorios, cremas, y óvulos, como son individuales, recomienda sacarlos 5 minutos antes de ponerlos para que se atemperen y puedan emplearse sin problema.
Igualmente, la representante de SEFAC recuerda que no hay que emplear aquellos medicamentos que presenten un aspecto diferente al que acostumbramos. En estos casos deben eliminarse en el punto SIGRE de la farmacia, como el resto de medicamentos que estén caducados o ya no vayamos a usar más.
Un apunte muy importante de cara a los viajes de verano, a juicio de la farmacéutica, es que si se viaja en avión lo aconsejable es llevar los medicamentos en el equipaje de mano porque si no en la maleta pueden llegar a soportar cambios de temperatura extremos que pueden dañarlos.
Alerta de los riesgos de automedicarse en verano
Otro tipo sobre la medicación en verano es tener cuidado con la automedicación porque si, por ejemplo, tenemos una insolación y nos hemos deshidratado, esta especialista subraya que no podemos tomar ibuprofeno porque es especialmente dañino para el riñón, al mismo tiempo que precisa que el paracetamol es ineficaz para la insolación y si se toma puede ocasionar algún riesgo en el hígado. "Con lo cual en estos casos uno debe mantenerse a la sombra, así como beber continuamente", aprecia Joaquina Huarte.
En última instancia, recuerda que son muchos los pacientes hipertensos que dejan de tomar su medicación en verano, especialmente en los días de olas de calor porque puede bajar la tensión del paciente, una decisión que según subraya debe ser respaldada siempre por el médico que haya prescrito al paciente la medicación, así como en el caso de los diuréticos, al hacer perder muchos líquidos.