En España se detectan anualmente aproximadamente 7.300 nuevos casos de cáncer renal o cáncer de riñón, una enfermedad que causa más de 2.100 muertes cada ejercicio, y se trata de cifras al alza, según los datos que maneja la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Si bien no se trata de uno de los tipos de cáncer más frecuentes, es importante un diagnostico temprano para frenar su avance y aumentar las posibilidades de éxito, algo que resulta más complicado teniendo en cuenta que se trata de una enfermedad que produce pocos síntomas en sus primeros estadios. ¿Qué es el cáncer renal? ¿Cuáles son los síntomas y cómo detectar el cáncer de riñón?
El cáncer renal o cáncer de riñón es un tipo de cáncer potencialmente mortal que afecta a uno o a dos de nuestros riñones. Consiste en un crecimiento descontrolado de células renales, dando lugar a uno o varios bultos o tumores. Situados uno a cada lado de la columna, por encima de la cintura y con un tamaño similar al de un puño, los riñones cumplen con una función básica para nuestro organismo: filtrar y limpiar la sangre, eliminando desechos y produciendo la orina.
El cáncer de riñón es más frecuente a medida que envejecemos, y factores como el tabaquismo, la genética o un mal uso de analgésicos durante largo tiempo pueden desembocar en este tipo de enfermedad. Por eso es importante actuar preventivamente y evitar excesos que puedan comprometer nuestra salud. Lo cierto es que, tal y como recuerdan desde Cancer.org, el cáncer renal es difícil de detectar en sus primeros estadios, ya que no suele presentar grandes síntomas. Sin embargo, con el tiempo pueden aparecer signos como los siguientes:
Si notas alguno de estos síntomas, acude a un médico para que pueda realizar las pruebas necesarias, que pasan por analizar tu sangre y tu orina, así como, en algunos casos, una biopsia. En cuanto al tratamiento del cáncer renal, dependerá de la edad del paciente, así como de su estado de salud y de lo avanzada que se encuentre la enfermedad. Es posible la cirugía, quimioterapia o radiación, así como terapia biológica o dirigida. Mientras que la terapia biológica estimula la capacidad del cuerpo para combatir el cáncer, la terapia dirigida recurre a medicamentos u otras sustancias para combatir células cancerosas específicas.
También debes tener en cuenta que normalmente síntomas como la presencia de sangre en la orina se deben a enfermedades benignas, como infecciones de vecina o del tracto urinario, cálculos renales... Por tanto, intenta mantener la calma hasta que tengas información médica contrastada, pero no dejes de pedir ayuda en cuanto notes cualquiera de estos signos. Además, es importante que, en el marco familiar, exista información sobre antecedentes de este tipo de cáncer, ya que tiene un componente genético: si es el caso, es posible que sea recomendable un estudio genético, así como un control más frecuente.