Un nuevo fármaco contra la obesidad podría cambiar la vida a miles de pacientes. Se trata de la tirzepatida, un nuevo fármaco "polipéptido insulinotrópico" dependiente de la glucosa que puede reducir en torno a un 21% del peso de un paciente que adquiera una dosis semanal.
Un estudio publicado en la revista científica The New England Journal ha publicado los efectos de este fármaco, aunque todavía se encuentra en fase experimental. "La obesidad es una enfermedad crónica que provoca una importante morbilidad y mortalidad a nivel mundial", señalan al comienzo del estudio, para destacar la importancia de esta investigación.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Uno de los puntos más complicados de este fármaco es que difícilmente podría estar incluido en la seguridad social, por lo que su tratamiento podría tener un precio muy elevado.
Según el jefe de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Internacional, el doctor Gonzalo Martín Peña, los avances farmacológicos en el tratamiento de la obesidad "podrían evitar la cirugía bariátrica en muchos pacientes con obesidad mórbida" en los próximos años.
"En la actualidad, ya disponemos de algunos fármacos muy eficaces y con pocos efectos secundarios y se espera la aprobación de otros en pocos meses", subraya el doctor.
Curiosamente, estos nuevos fármacos, conocidos como GLP o análogos-GLP, se desarrollaron inicialmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2 o diabetes del adulto, "área en la que hay una larga experiencia sobre su seguridad y beneficios, uno de los cuales era la pérdida de peso que experimentaban los pacientes tratados", explica Martín Peña.
Así, en estos años, se ha podido comprobar que estos medicamentos, lejos de aumentar el riesgo cardiovascular en los pacientes con diabetes, lo disminuyen considerablemente, así como también disminuyen la mortalidad total.
La tirzepatida es otro de los fármacos eficaces similar o superior a la semaglutida, con una pérdida de peso en cuatro meses del 15 por ciento en la cuarta parte de los pacientes.
"Comparte en una sola molécula la acción de dos hormonas digestivas diferentes, el GLP-1 y el polipéptido insulinotrópico dependiente de la glucosa. También estimula la secreción de insulina durante las comidas. Probablemente sólo se autorizará inicialmente para el tratamiento de la diabetes, pero es otra nueva esperanza para el tratamiento de la obesidad", destaca Martín Peña.