Rafa Nadal ha conquistado este domingo el Abierto de Australia, primer 'Grand Slam' de la temporada, después de remontar y vencer en una histórica final al tenista ruso Daniil Medvedev (2-6; 6-7; 6-4; 6-4; 7-5), una victoria que le otorga su 21º 'grande' y que le encumbra como el más grande de todos los tiempos.
Nunca había remontado una final de un 'Grand Slam' marchando dos sets abajo, pero el de Manacor no entiende de estadísticas, solo de no darse por vencido. Por eso, no bajó los brazos cuando todo parecía perdido y dio la vuelta a su duelo ante el número dos del mundo.
Nada es imposible y es cierto que se agotan los adjetivos para definir lo que hace el tenista balear. Ya podemos decir alto y claro que Nadal es el mejor tenista de todos los tiempos. Nunca nadie había logrado ganar 21 títulos de 'Grand Slam' (circuito masculino). Con su triunfo en Australia, el español deja atrás a Federer, a Djokovic y agranda aún más su leyenda, que empezó hace muchos años en la ciudad de París.
Han pasado 17 años del primer 'grande' de Nadal, aquel joven que lucía melena, camiseta sin mangas y pantalón pirata. Pocos imaginaban que ese chaval de 18 años se iba a convertir en el mejor de la historia. Nadal puede presumir de haber levantado 13 veces el trofeo de Roland Garros, cuatro títulos en el Abierto de EEUU, dos en Wimbledon y con el de hoy, dos en Australia. Tampoco hay que olvidar los oros olímpicos, los Masters 1000 o la Copa Davis.
Son más de 1.000 victorias en su carrera, acompañadas de un sinfín de récords y de batallas épicas. Pero no podemos hablar de Nadal sin destacar su humildad, su trabajo, su respeto hacia los rivales o su capacidad de superación, valores que siempre le han acompañado. Cuando muchos le daban por desahuciado, siempre ha acabado volviendo. Nadie puede discutir que Rafael Nadal Parera es el mejor tenista.