Regma en Santander
Tradición y calidad en un solo helado. Helados Regma son todo un símbolo de Santander y si este verano tus pasos te llevan a la capital cántabra no te puedes ir sin probarlos (aunque tengas que esperar algo de cola). Te sorprenderán por su sabor artesanal, por todas sus variedades y por sus generosas cantidades. Sin duda, repetirás.
c/ San Martin , 31, Santander
Della Sera en Logroño
Della Sera acaba de cumplir 15 años y allí Fernando Sáenz y Angelines González ofrecen unos de los mejores helados de España. Elaboran sus singulares variedades de raíz riojana (queso de cabra con arándanos; de sidra y manzana asada; de crema de limón al aceite de Alfaro...) en su Obrador Grate, en Viana, con hierbas aromáticas de su huerto propio y frutas de los mejores proveedores. Apunta: Della Sera abre de marzo a noviembre y en Navidad.
C/ Portales, 28 (Logroño, La Rioja)
DelaCrem en Barcelona
Dicen los entendidos que los helados de Massimo Pignata son los mejores de Barcelona. Cremosos y sabrosos, se elaboran a diario en el obrador anexo a la tienda, siempre con productos frescos. Los puedes probar dependiendo de la temporada: de albaricoque y coco en junio, de melón o melocotón en julio y agosto, de higo o de uvas moscatel en septiembre... Eso sí, no te sorprendas si nos ves a primera vista ya que se conservan en una nevera tipo "pozzetto" con compartimentos que preservan el helado de la luz y los cambios de temperatura.
c/ Enric Granados, 15 (Barcelona).
Rocambolesc, en Girona
Rocambolesc es el 'hermano pequeño' de uno de los mejores restaurantes del mundo, El Celler de Can Roca. Se trata del proyecto que Jordi Roca creó en 2012 en Girona junto a su mujer, la mexicana Ale Rivas, con los helados elaborados a diario en El Celler. ¿Entre los sabores a elegir? De lo más originales: de manzana asada, de dulce de leche y guayaba, de naranja y miel...
c/ Santa Clara, 50 (Girona)
Mistura, en Madrid
Carlos Sotomayor y Carmelo Rodríguez hicieron un viaje a La India en 2014, en el que descubrieron un método heladero novedoso: una plancha de granito ultrafría (a -20 grados) que permite manipular el helado y combinar sabores y potencia su textura cremosa. Y fundaron Mistura donde preparan desde cero helados artesanales de leche fresca (que procede de una granja a las afueras de Madrid) y sorbetes (con agua y más de un 50% de fruta). Los sabores son clásicos: vainilla, limón, sandía, frutos rojos, mango... y espectacularmente ricos.
c/ Augusto Figueroa, 5; Gran Vía, 15 y Ciudad Rodrigo, 6 (Madrid)
Viccio, en Ibiza
¿Ibiza? ¿Helados? Suena a un buen plan para el verano. Te aconsejamos que te des el capricho de disfrutar un helado en la heladería Viccio usan frutas cultivadas por ellos mismos como el limón, la naranja o la sandía. Una heladería italiana artesana de vicio, con una oferta vegana y sin azúcares en forma de polo.
Edificio Ses Oliveres de Peralta, 15. San Carlos (Ibiza).
Nossi-Bé, en Bilbao
Tras la Guerra Civil, el cántabro Victoriano Ortiz se estableció en Bilbao, recorriendo los pueblos vizcaínos con un carrito de helados. En 1975 asumió la regencia de Nossi-Bé, que debe su nombre a una isla de Madagascar desde la que importan las ramas de vainilla y el cacao. Esther Ortiz López tomó el testigo de manos de su padre, quien en 1998 fue nombrado el heladero más veterano de España y ha incorporado originales sabores como helados de chipirones en su tinta, de bacalao al pilpil, de cabrales o de pimientos rojos asados. ¿Sus ‘best-sellers’? Los de chocolate negro, fresa o limón-
C/ Navarra, 1 (Bilbao)
La Fiorentina, en Sevilla
Se trata de un local con solera, en pleno centro de Sevilla dirigido por el maestro heladero Joaquín Liria, con reputación internacional. En su vitrina aguardan sabores que no se pueden encontrar en ningún otro sitio, como el helado de polvorón, el de torrijas, el de pestiños, el de flor de azahar o el de torta de aceite Inés Rosales. Quien los prueba, repite.
C/ Zaragoza, 16 (Sevilla)
Los Italianos, en Granada
Trabajo artesanal y discreción describen la heladería más querida y Granada. Los helados de Los Italianos son desde hace tiempo todo un emblema de la capital gracias al buen hacer y a la receta maestra de su creador Paolo de Rocco, que pasa ya por la cuarta generación.
C/ Calle Gran Vía de Colón, 4. (Granada)