No pueden faltar en la mesa de San Esteban, pero ¿sabían que, de alguna manera, ya habían estado en la de Navidad? ¡Rebobinemos! El 25 comimos Escudella. Esta sopa de galets que viene acompañada de carne de cerdo, ternera, pollo, verduras, garbanzos, butifarra. Y ella, la estrella, la pelota de carne. Llega el 26 y con esa pelota y con lo que nos ha sobrado de esta Escudella nacen nuestros canelones de San Esteban. Una buena masa, arte para enrollarlos, bechamel y, antes de llevarlos al horno, un último truco: echarles mantequilla. Si se queman la lengua por no esperar, ya no tenemos más trucos. Aguanten porque llegan los postres. No puede faltar el turrón, aunque renovado. La masa es la misma pero "lo que hemos hecho es hacerla más fina y luego añadirle cremas merengues, fruta natural gelatina y esto se convierte más en un postre", nos explica Cristian Escribá, maestro pastelero. No tema, que los de toda la vida no desaparecen, sólo se modernizan. El de crema catalana no puede faltar en su mesa, en la de San Esteban o en la que sea.