La Dirección General de Tráfico (DGT) se lo toma muy en serio a la hora de aconsejarnos cómo conducir para evitar accidentes y sustos durante este verano, y el uso de la música en nuestro coche no es una excepción. Todos sabemos que determinadas canciones pueden resultar más adecuadas (o menos) para cada tarea, y el momento de ponernos al volante es uno de ellos. Para muchas personas se trata de un momento estresante, por lo que es mucho mejor no alimentar esta sensación con música que provoque este efecto. Por lo contrario, si estamos muy cansados, quizá no sea buena idea optar por sonidos relajantes. ¿Cuál es la música recomendada por la DGT para conducir? ¿Hasta qué punto influye la música en nuestro estado de ánimo?
Que la música tiene un importante, poderoso e instantáneo efecto en nuestro estado de ánimo es algo que pocos ponemos en duda a estas alturas. No hace falta apoyarnos en estudios para saber que podemos modificar y alterar a nuestro antojo la forma en que nos sentimos a través de algo tan sencillo como una canción. Sin embargo, esta es un arma de doble filo: si elegimos una música inadecuada podemos llevarnos a un estado mental no demasiado apto para colocarnos frente al volante.
Por eso, la DGT, a través de sus redes sociales, nos recomienda qué música debemos escuchar a la hora de conducir, partiendo de la base de que cierto tipo de melodía puede despistar a quien conduce y hacerle desconectar, o bien alterarle, relajarle... y un sinfín de sensaciones que es mejor dejar para otro momento que requiera menos concentración y tranquilidad.
Lo primero es controlar el volumen. No importa lo mucho que te guste la música qué está sonando, lo bien que te siente la hora de conducir o cuánto le guste a tu copiloto: si te encuentras al volante, lo más importante es permanecer atento a todo lo que ocurra alrededor tuyo, y privarte del sentido del oído es la manera perfecta de perderte un importante nivel de información.
En este sentido, la Dirección aconseja escuchar música "a un volumen moderado" para poder utilizar el sentido del oído en carretera, escuchar posibles pitidos, golpes, sirenas... En definitiva, para "estar a lo que estamos", que no es (o no debe ser) otra cosa que conducir.
Eso sí, la DGT es prudente a la hora de recomendar unos géneros u otros y no entra en polémicas en este aspecto, pero sí sugiere qué tipo de ritmo debe tener la música para que nos acompañe adecuadamente a la hora de conducir. Así, se recomienda un ritmo y melodía que no sea monótono y que no nos adormezca, teniendo en cuenta que el ritmo de la música puede afectar a nuestro pulso cardíaco y a nuestra actividad cerebral.
Y si es cierto que, de un lado, no queremos que la música nos adormezca, también lo es que, del otro, tampoco queremos que nos altere o que nos ponga nerviosos. Por eso, evitar ritmos excesivamente enérgicos o letras violentas puede ayudar a mejorar nuestra concentración al volante y a evitar picos de adrenalina que nos lleven a tomar decisiones peligrosas. La DGT asegura, por último, que escuchar ritmos muy enérgicos nos incita a superar los límites de velocidad, y también favorece que no salgamos del carril mientras conducimos.