De Cudillero a Peñíscola: los pueblos pesqueros con más encanto de España
España cuenta con kilómetros kilómetros de costa donde encontrar todo tipo de opciones vacacionales: pueblos pesqueros son una de ellas
Cada uno de ellos cuenta con sus peculiaridades: gastronomía, estética, tradiciones, artesanía, cultura…
Cudillero, Cadaqués, Lastres, Combarro, o Peñíscola son algunos de los pueblos pesqueros más cotizados
España es un país en el que la costa se convierte en protagonista absoluta durante el verano. Afortunadamente, contamos con kilómetros y kilómetros de playas y localidades junto al mar en las que desconectar, suficientes para albergar todo tipo de zonas de descanso: desde áreas turísticas abarrotadas, con playas extensas y zonas de ocio nocturno, hasta pequeños pueblos pesqueros donde el tiempo parece detenerse y donde la afluencia de turistas resulta más reducida y relajada. Si estás pensando en visitar alguno de estos espacios durante este verano, te contamos cuáles son algunos de los más bonitos pueblos pesqueros de España.
Los pueblos pesqueros más bonitos de España
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Visitar un pequeño pueblo pesquero puede ser la opción perfecta para disfrutar de unos días de descanso en un entorno relajante y poco masificado. España cuenta con muchos ejemplos de este tipo repartidos a lo largo de sus costas, cada uno con sus particularidades, su propia gastronomía, su estética, su artesanía y su cultura. Estos son algunos de los pueblos pesqueros más bonitos de España:
- Cudillero (Asturias). El norte de España cuenta con numerosos ejemplos de maravillosos pueblos pesqueros en los que disfrutar de forma relajada y sin grandes aglomeraciones y, para muchos viajeros, Cudillero se trata del pueblo de costa más bonito de toda Asturias. Se encuentra rodeado de tres montañas, de forma que sus calles crecen sobre sus laderas. Sus iglesias, sus miradores, su oferta gastronómica, sus playas y paisajes naturales, su oferta cultural… son algunos de los indudables atractivos de esta localidad.
- Cadaqués (Cataluña). Este pequeño pueblo catalán sorprende nada más adentrarse en él, en parte por lo curioso de su vía de acceso: una carretera de 15 km que zigzaguea en 30 curvas ascendentes y descendientes hasta desembocar en sus calles. Situado muy cerca de Francia, es uno de los pueblos costeros más bonitos del país, y cuenta con atractivos de visita imprescindible, como la Casa Museo Salvador Dalí o el Parque Natural del Cabo de Creus. Caminar hasta este cabo y disfrutar de las maravillosas vistas que regala este trayecto, o dar un paseo hasta su castillo, hará las delicias de los amantes de las rutas a pie.
- Lastres (Asturias). Volvemos a Asturias porque, indudablemente, se trata de una de las comunidades autónomas que más pueblos pesqueros de indudable belleza albergan en nuestro país. Lastres es un pueblo de visita obligada para los amantes de este tipo de espacios: no te pierdas el Mirador de San Roque, la Iglesia de Santa María de Sábada, las callejuelas del Centro Histórico, la Calle Real, la Torre del Reloj, las Casas Señoriales... y, por supuesto, el Puerto de Pescadores, el Faro de Lastres y la playa de La Griega.
- Combarro (Pontevedra). Esta pequeña parroquia es un imprescindible en cualquier viaje a las Rías Baixas. Sin duda una de sus imágenes clásicas es la de sus hórreos, construidos casi en el mar: se trata de construcciones destinadas a guardar y conservar los alimentos alejados de la humedad y de los animales, levantadas sobre pilares. Los cruceiros (cruces de piedra de carácter religioso situadas en espacios públicos) o sus casas mariñeiras son otros de los grandes atractivos de este pequeño pueblo gallego.
- Peñíscola (Castellón). Cambiamos de costa para adentrarnos en Peñíscola, uno de los pueblos pesqueros más apreciados de la costa mediterránea. Gran parte de su atractivo tiene que ver con la forma de su casco antiguo, que se adentra en el mar Mediterráneo en forma de pequeña península. En la zona más elevada encontramos el castillo del Papa Luna, que es solo uno de los muchos atractivos de esta pequeña zona plagada de callejuelas en las que perderse. Sin duda las playas que rodean este pequeño pueblo costero son también un imprescindible en tu visita a Peñíscola.