Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) concluye que los panes de molde más saludables son los intregrales y los multicereales después de analizar 34 variantes de este alimento de distintas marcas.
Para comparar la calidad de los panes de molde a la venta en los principales supermercados, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha reunido a una docena de catadores entrenados para que analicen los diferentes tipos de panes según su aporte nutricional, higiene, textura, homogeneidad de las rebanadas, tendencia a que se enrancie y etiquetado del producto.
Estos profesionales han realizado la degustación de 12 panes blancos con corteza, 12 integrales y 10 multicereales para el estudio y han señalado a los panes multicereales e integrales como mejores para la salud. Esta conclusión se ha debido principalmente a que el aporte de fibra de estos llega a doblar el de los panes blancos, como consecuencia del uso de harina integral de grano completo como ingrediente principal. Esta harina provoca, sin embargo, que el precio del producto aumente notablemente y convierte a estos tipos de panes en los más caros (2,00 €/kg el pan integral y 3,02 €/kg el multicereal, frente al 1,62/kg del pan de molde blanco).
Otro aspecto a tener en cuenta son las grasas que presentan cada uno de los panes, siendo el multicereales aquel con un aporte superior al resto, sin embargo, la OCU señala la necesidad de tener en cuenta que se trata de grasas poliinsaturadas, procedentes de las semillas y cereales añadidos, por lo que se consideran saludables.
Frente al pan de barra, el pan de molde es ligeramente más calórico debido a que contiene un poco más de azúcar y de grasa procedente del aceite de girasol que se le añade (algunos incorporan aceite de oliva). Pero esa diferencia apenas alcanza las 20 kcal/100g, o lo que es lo mismo, el 1% de la ingesta calórica diaria. Por el contrario, el pan de molde contiene un poco menos de sal, especialmente el pan de molde blanco; y aguanta más tiempo fresco.
Por último, y de cara a una correcta conservación, OCU recomienda guardar el pan de molde en un sitio fresco y seco, pero no en la nevera, pues el frío estropea su textura. De este modo puede consumirse incluso una vez superada su fecha de consumo preferente, que ronda los 15 días desde el momento de la compra, siempre que no haya mohos. Antes de que esto ocurra y si se prevé que no va a poder consumirse en los siguientes días, puede congelarse.