A Seimeira de Vilagocende (Lugo)
Para ver este salto de agua de 50 metros que cae del río Portiña (uno de los de mayor altura de toda Galicia) tendrás que desplazarte hasta el municipio de Fonsagrada (Fuente Sagrada), en Lugo. Se puede acceder andando, a unos quince minutos desde Vilagocende. Un paseo por un valle con bien de verde en el que abundan los castaños, muy propios de la zona.
Monasterio de Piedra (Zaragoza)
Dentro del Parque Natural zaragonzano que lleva el mismo nombre, muy cerca del municipio de Nuévalos, las cascadas, lagos y grutas que forma el río Piedra. Recorrerlo entero es posible en una mañana, a la entrada al Parque puedes obtener un mapa con todos los detalles y los 'hot spots' a ver. La visita dura aproximadamente dos horas y medias (un poco más si no te resistes a hacer clic con la cámara en cada vista).
Cascada de la Tobalina (Burgos)
Entre los municipios de Pedrosa de Tobalina y La Orden, en la comarca de Las Merindades, se encuentra esta cascada del río Jerea, un afluente del Ebro. Es uno de los puntos más celebrados de Burgos y, a pesar de no contar con mucha altura (12 metros de caída), cuenta con 100 metros de longitud en los que puedes incluso darte un chapuzón (solo apto para valientes).
Bosque de Muniellos (Asturias)
Declarado como Reserva de la Biosfera por la Unesco, este bosque Asturiano solo se puede visitar en grupos de 20 personas al día y con cita previa. Está rodeado por tres montes (Muniellos, Valdebois y Viliella) y pertenece al Parque Natural Fuentes del Narcea. Su salto de agua es tan espectacular como el verdísimo paisaje que lo rodea.
Artazul (Navarra)
Una ruta más pro. El Cañón de Artazul está situado en la Sierra navarra de Goñi. No todo el que visita la zona puede acceder a ver la cascada -lo que aumenta aún más las ganas de verla-, solo aquellos más iniciados en los deportes de aventura pueden disfrutarla al realizar actividades como descenso y rápel.