Criticados por unos y alabados por otros, los Free Tours (Tours Gratis, en español) se han convertido en una forma económica y diferente de conocer las distintas capitales del mundo y también cada vez más ciudades españolas. Aunque, en teoría, se trata de paseos gratuitos, es costumbre que los viajantes aporten una propina al finalizar el trayecto, y es precisamente este punto el que genera polémica: quienes se dedican profesionalmente a esta actividad hablan de intrusismo y de competencia desleal. ¿Qué son los Free tour
Los Free tours que ofrecen distintas plataformas en todo el mundo. En el caso de España, se han convertido en tendencia, y lo mismo se aplica a muchas capitales europeas. Su oferta, además, se encuentra muy diversificada y modernizada: existen múltiples rutas con diferentes focos y recorridos para ofrecer una experiencia para todos los gustos.
Sin embargo, normalmente quienes ofrecen este tipo de tour no están acreditados para hacerlo, independientemente de la calidad o cantidad de sus conocimientos. Tampoco están dados de alta como autónomos ni pagan impuestos por su actividad, ya que sus ingresos se perciben en forma de propina.
De otro lado, desde 2009, a raíz de la liberalización de este sector a nivel europeo a través de la Directiva Bolkestein, ya no se necesita pasar los exámenes que convocaban las distintas comunidades autónomas para ejercer como guía. O al menos esto es lo que interpretan algunas autonomías.
Fue este precisamente el origen de estas rutas gratuitas aunque, tal y como asegura un estudio publicado en Dialnet, la transposición de esta Directiva "pone en evidencia el escaso conocimiento que existe sobre la profesión del guía de turismo, provocando situaciones tan perplejas como que se lleguen a crear vacíos legales en comunidades autónomas donde se había regulado la profesión o que la permisividad al intrusismo se ponga de manifiesto sin traba alguna, al no quedar acotación sobre el marco de la actividad y sobre el carácter profesional del guía así como de su mundo laboral." Así, según esta publicación, "no se han seguido criterios unitarios" y en algunas autonomías "se ha producido un vacío legal que deja en la más absoluta indefensión esta profesión, dejando, por otro lado la puerta abierta al intrusismo".
Eso sí, como suele ocurrir en estos casos, este nuevo formato turístico, para bien o para mal, obliga al sector a mejorar su oferta y a adaptarse a los gustos del público y a las exigencias de su bolsillo: los free tours pueden resultar más económicos que las rutas tradicionales y quienes los ofrecen suelen adoptar un tono más distendido e informal, con una mayor participación de los asistentes. Esto es algo que demanda el viajante a día de hoy y que se ha visto correspondido con esta nueva oferta. El free tour se asocia, en definitiva, a una experiencia más divertida, más cargada de anécdotas, aunque con una posible menor dosis de rigor histórico.
Además, las plataformas especializadas en free tour suelen ser menos misteriosas en cuanto a los entresijos de las rutas, y no dudan en mostrar sus recorridos y puntos fuertes, así como la temática que se tratará. También suelen aparecer valoraciones de usuarios, una tendencia que ya se aplica a casi cualquier producto turístico a día de hoy.
Por último, otro de los puntos fuertes del free tour es la amplia flexibilidad que ofrece en cuanto a horarios y cancelaciones: en general, suele existir una amplia y variada oferta, así como la posibilidad de cambiar fechas. Al no ser necesario abonar ninguna suma por adelantado, resulta más sencillo cancelar sin penalización si los planes de viaje cambian. Si la propina se da por adelantado, en algunas plataformas se puede elegir la cuantía.