Conoce todas las propiedades y beneficios de la calabaza
La calabaza concentra un gran aporte nutricional en muy pocas calorías: es perfecta en todas las etapas vitales
Su sabor y su textura suaves hacen que case bien con casi todo, ayudando a proteger nuestro aparato digestivo
Antioxidante, buena para la vista, para el corazón, para prevenir el cáncer... Conoce todas sus propiedades
Pocos alimentos son tan reconfortantes y nutritivos como la calabaza: esta hortaliza pega con casi todo, es ligera, suave, apetecible y, además, está cargada de propiedades nutricionales saludables. Aunque puedes degustarla todo el año, es una verdura muy típica de los meses de otoño e invierno, perfecta para cremas y guisos que te ayudarán a entrar en calor de forma saludable. ¿Cuáles son las propiedades de la calabaza? ¿Cómo cocinar la calabaza para sacarle el máximo partido? ¿Cuántas calorías tiene y qué tipos de calabaza existen?
Calabaza: propiedades, formas de cocinarla y tipos
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La calabaza es una hortaliza conocida por ser muy digestiva y por contar con múltiples propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Procede de una planta que tiene su origen en América, y contiene todo tipo de vitaminas y minerales encerrados en una materia prima de muy bajo aporte calórico. Por eso se trata de un alimento perfecto para cuidarnos y reducir peso: muchas dietas hacen uso de la calabaza para ayudarte a mantener tu peso a raya de forma totalmente saludable.
En cuanto a los tipos de calabaza, lo cierto es que hay muchas variedades distintas, con diferentes colores y tamaños. Por ejemplo, la calabaza americana, la de cuello torcido, la de violín, la verde española... Suelen ser de gran tamaño y peso, pudiendo pesar entre 2 y 8 kilos de forma habitual, y pudiendo llegar hasta los 600 en los casos más extremos. Su sabor es muy parecido en todos los casos: una textura de pulpa algo dulce, y un interior repleto de semillas de calabaza que también sirven como alimento y que cuentan con maravillosas propiedades nutricionales, al ser ricas en zinc y magnesio.
En general, la calabaza tiene la capacidad de reforzar nuestras defensas y mantener en buen estado nuestro sistema inmunitario, lo que nos ayudará a evitar enfermedades tales como los clásicos resfriados y gripes otoñales. Además, la calabaza es un potente antioxidante, gracias a su aporte de minerales y vitaminas. Sirve también para cuidar nuestro corazón y mantener en niveles adecuados nuestra tensión arterial, previniendo dolencias como a angina de pecho y regulando el nivel de colesterol.
Además, ayuda a cuidar nuestro aparato digestivo y previene la gastritis, la úlcera gastroduodenal y el estreñimiento. Por si fuera poco, la calabaza es muy buena para la vista: ayuda a evitar la ceguera nocturna, la fotofobia o las cataratas. También te ayudará a mantener limpios tu aparato urinario y tus riñones, previniendo cistitis, retención de líquidos, insuficiencia renal...
Su valor nutricional sirve para apoyar todos estos beneficios: 100 gramos de este producto contiene tan solo 28 calorías y te proporcionan al mismo tiempo 1,13 gramos de proteínas, 4,59 de hidratos de carbono, 2,16 de fibra, 0,13 de grasa, 92 gramos de agua, 22 miligramos de calcio, 0,80 de hierro, 1,4 de yodo, 8 de magnesio, 0,20 de zinc, 3,10 de sodio, 304 de potasio, 0,07 de vitamina B2, 0,11 de vitamina B6, 336 de ácido fólico y 12 de vitamina C 12.
Por último, las formas de cocinar la calabaza son múltiples: su sabor suave y su textura agradable hacen que sea perfecta para cremas y purés, pero también como guarnición (a la plancha, al horno, hervida...) y como base para repostería (pasteles, confituras...). De hecho, el cabello de ángel que tanto se utiliza para elaborar dulces tiene a la calabaza como materia prima. En cualquier caso, es importante no cocinarla demasiado si queremos conservar todos sus nutrientes: su cocción no debe exceder los 20 minutos.
Además, se trata de un alimento que combina a la perfección con especias y plantas aromáticas como la canela, la vainilla, el clavo, el cardamomo, el comino, el jengibre, el tomillo, el romero, la albahaca, la pimienta, el curry…
Su valor nutricional hace que sea un alimento adecuado para todas las etapas de la vida, sobre todo en la infancia, ayudando a mejorar el desarrollo de piel, huesos y dientes. También es muy recomendable durante el embarazo y la lactancia, así como para aquellas personas que padezcan diabetes.
Quienes sufran problemas relacionados con el aparato urinario, el sistema cardiovascular, el sistema inmunitario, el aparato digestivo, el sistema nervioso (estés, ansiedad, insomnio, depresión...), enfermedades metabólicas (obesidad, exceso de ácido úrico...), enfermedades del aparato respiratorio, salud ocular o salud masculina (hipertrofia benigna de próstata, prevención del cáncer de próstata, infertilidad...) se beneficiarán del consumo de esta hortaliza. Además, no hay que olvidar que la calabaza ayuda a prevenir el cáncer, especialmente el de colon, vejiga, próstata, pulmón y útero.