España, con su vasto patrimonio histórico, sirve de marco incomparable y hogar de algunos de los castillos más impresionantes de Europa. Muchas de estas edificaciones, construidas para defender territorios y como símbolo de poder, han sobrevivido al paso de los siglos y se conservan como monumentos históricos. Tanto es así que incluso hay casos en los que siguen estando habitados. En estos casos vemos como estas regias edificaciones combinan su legado histórico con modernidades propias de nuestros tiempos, convirtiéndose de esta forma en una curiosa mezcla de historia viva y vida cotidiana.

A lo largo y ancho de la geografía española podemos encontrar múltiples castillos que permanecen todavía habitados, ya sea por sus propietarios originales, herederos de antiguas casas nobiliarias, o por nuevos residentes que han decidido hacer de estas fortalezas su hogar.

Castillo de Guadamur (Toledo)

El Castillo de Guadamur, construido en el siglo XV, es un impresionante ejemplo de la arquitectura gótico-renacentista. A lo largo de los siglos, ha acogido a figuras históricas como Carlos I y Juana la Loca. Actualmente, el castillo es propiedad privada y está habitado, aunque ocasionalmente abre sus puertas al público para eventos culturales y visitas guiadas. Su conservación es un ejemplo de cómo los castillos pueden adaptarse a los tiempos modernos mientras preservan su esencia histórica. 

Castillo de Malpica (Toledo)

También en Toledo, el Castillo de Malpica se alza sobre una colina con vistas al río Tajo. Esta fortaleza, que data del siglo XIV, es conocida por su ubicación estratégica y su imponente diseño. Hoy pertenece a los duques de Arión y sigue estando habitada como residencia privada. Aunque no está abierto al público, su silueta domina el paisaje, recordando su importancia histórica. 

Castillo de Arteaga (Vizcaya)

Ubicado en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai, el Castillo de Arteaga tiene una historia ligada a la realeza. Fue residencia de Eugenia de Montijo, emperatriz consorte de Francia, y hoy ha sido transformado en un hotel de lujo. Este castillo combina la experiencia de vivir en una fortaleza histórica con todas las comodidades modernas, permitiendo a los huéspedes experimentar la vida en un castillo. 

Castillo de la Mota (Valladolid)

El Castillo de la Mota es una antigua fortaleza situada en la localidad de Medina del Campo, en la provincia de Valladolid. Fue construida en el siglo XV por el rey Alfonso XI para defender la villa de Medina del Campo de los ataques de los franceses. Está en buen estado, sigue estando habitado por los Marqueses de La Mota y, además, se abre al público para la realización de visitas guiadas.

Castillo de Almodóvar del Río (Córdoba)

Esta fortaleza, de origen musulmán y reconstruida más tarde durante el siglo XIV, es famosa por su impresionante estado de conservación y su uso en diversas producciones cinematográficas como es el caso de Juego de Tronos. Aunque es propiedad privada y está habitado, el castillo ofrece visitas guiadas y eventos que permiten a los visitantes explorar su rica historia. 

Castillo de Belmonte (Cuenca)

Construido en el siglo XV, el Castillo de Belmonte es un ejemplo icónico de arquitectura medieval. Aunque sigue siendo una residencia privada, parte de sus estancias están abiertas al público y se utilizan para eventos culturales y recreaciones históricas. Esta apertura al público permite revivir su pasado mientras se adapta a las necesidades del presente. 

Castillo de los Mendoza (Guadalajara)

También conocido como el Castillo de Manzanares el Real, esta fortaleza del siglo XV es una de las mejor conservadas de la Comunidad de Madrid. Aunque gran parte del castillo se utiliza como museo, una sección sigue siendo residencia privada de la familia Mendoza, que mantiene vivo el legado histórico de sus antepasados. 

Vivir en un castillo puede parecer un sueño hecho realidad, pero también conlleva una serie de desafíos a tener en cuenta. El mantenimiento de estas estructuras históricas es caro, ya que requiere trabajos de restauración especializados y un cuidado constante para tratar de preservar su integridad arquitectónica. Además, adaptar estas edificaciones a tecnologías y costumbres modernas, como la calefacción o el acceso a internet, puede ser complicado debido a las restricciones arquitectónicas presentes a la hora de meter mano a las edificaciones.

Los castillos habitados en España no solo sirven de testimonio de la rica historia del país, sino también un ejemplo de cómo las edificaciones históricas pueden tener una segunda vida en el mundo contemporáneo. Sus propietarios, al preservar y habitar estos espacios, contribuyen a mantener viva una parte esencial del patrimonio cultural español a lo largo y ancho de nuestra geografía.