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El productor Luis Álvarez, José Mota y Santiago Segura ya tienen plan para el castillo de Pedraza (Segovia), que compraron el pasado mes de julio. Desde entonces, ya habían adelantado que lo iban a convertir en un gran escenario para conciertos y eventos culturales, pero ahora, además lo han incorporado a la Red de Patrimonio Histórico de España.
El castillo del siglo XIII, es propiedad del productor teatral Luis Álvarez y de sus socios, Santiago Segura y José Mota, todos integrados en Teatropolis”, la empresa de Álvarez que gestiona el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid.
Fue construido en pleno avance de la Reconquista hacia el sur peninsular y forma parte del conjunto histórico y artístico que la Junta de Castilla y León protege desde 1983 con su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), según fuentes de la administración autonómica.
La fortaleza de unos 650 metros cuadrados construidos, tendrá un futuro cultural, como pretenden sus propietarios, los tres hombres de la escena cinematográfica y teatral.
El objetivo es explotar la superficie total de 50.000 metros, incluidos edificios y terrenos colindantes, así como la explanada en un gran escenario para conciertos y eventos “al estilo del festival de Edimburgo”.
La Red de Patrimonio Histórico de España, referente dentro del turismo cultural y experiencial, trata de poner en valor el extraordinario patrimonio español, repleto de historia, cultura y tradición. El castillo de Pedraza ya forma parte de esta institución sin ánimo de lucro, según ha informado El Norte de Castilla.
Está impulsada por la Asociación y Club de Producto de Castillos y Palacios Turísticos de España y actúa como nexo de unión entre propietarios o gestores, privados o públicos, de conjuntos históricos y otros monumentos.
El castillo de Pedraza de la Sierra fue vendido por 4,8 millones de euros, cantidad en la que estaba tasada la fortaleza, que se puso a la venta desde principios de 2024.
El pintor Ignacio Zuloaga lo compró en 1925 por 13.000 pesetas, e instaló su estudio en él; la penúltima propietaria, María Rosa Suárez-Zuoaga, nieta y heredera del pintor, falleció en Madrid en 2021, pasando a manos de sus descendientes que lo pusieron a la venta.
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