A lo largo y ancho del planeta, los aficionados a las rutas ferroviarias que pueden encontrar mucho más que simples trayectos a pie de tierra por la clásica vía que le regala al ojo las formas de las montañas, los bosques y los ríos.
Entre los destinos más inusuales del mundo destaca el célebre Tren de las Nubes, una joya de la ingeniería en el norte de Argentina que nos invita tocar el cielo. Nos aproximamos hasta las formas blancas, literalmente, en una ruta que eleva a los pasajeros a miles de metros sobre el nivel del mar y ofrece algunas estampas espectaculares del paisaje andino.
¿Cuál es el recorrido y el precio que se paga por disfrutar de esta obra maestra de la imaginación humana?
Concebido en 1921 bajo la dirección del ingeniero estadounidense Richard Maury, este proyecto fue una de las obras más desafiantes de su época. Tenía como objetivo principal conectar los recursos naturales de la región andina con el puerto chileno de Antofagasta. La primera fase de construcción finalizó en 1948, y a lo largo de los años, este tren ‘celeste’ se ha ganado parte de su reputación por el reto que supuso construirlo. Más allá de la ingeniería y las técnicas de construcción punteras, lo que el viajero aprecia y documenta en las miles de reseñas publicadas en internet son las vistas, más y más impactantes medida que el convoy alcanza las alturas.
El nombre oficial de esta joya del transporte fue adoptado a finales de la década de 1960, cuando se filmó un documental en el que el tren parecía literalmente atravesar el cielo. Para muchos viajeros y turistas, esta experiencia es uno de los viajes más memorables que se pueden hacer en Argentina.
El recorrido de 217 kilómetros toma alrededor de 8 horas. Se inicia en la ciudad de Salta, a unos 1.187 metros sobre el nivel del mar. A medida que el convoy avanza, la altitud aumenta y la geografía se vuelve cada vez más escarpada. Se recorren viaductos, túneles y zigzags que desafían las pendientes de las montañas, pasando por parajes como Campo Quijano, Puerta de Tastil y San Antonio de los Cobres, hasta llegar al icónico viaducto La Polvorilla, que corona la ruta a más de 4.200 metros de altura.
Lo más fascinante del recorrido es el ingenio aparente con que el tren supera los distintos obstáculos geográficos. No veremos el clásico trayecto por curvas cerradas. El tren avanza en forma de zigzag en ciertas secciones, lo que le permite sortear la pendiente. Le ayuda, por supuesto, la infraestructura, diseñada para allanarle el camino hacia los cielos: 29 puentes, 13 viaductos, 21 túneles, dos ‘rizos y la prueba real de que el esfuerzo técnico de lo humano puede lograr algo que parece imposible.
La Polvorilla es el punto final de la ruta. El viaducto de 224 metros de largo y 64 metros de altura se eleva sobre el abismo, en una estructura de acero que no necesita soldaduras. Fue diseñada para soportar las condiciones climáticas de la región, donde las temperaturas pueden descender por debajo de los cero grados. La ruta se rubrica con la sensación que han documentado muchos viajeros: parece que uno flota sobre el vacío, en el corazón de los andes. En el horizonte queda la inmensidad de la Puna de Atacama, región de desiertos salinos, paisajes de roca y cielos tan abiertos que el nombre del tren queda plenamente justificado.
En 2024 existen dos tipos de billetes para que los viajeros elijan el que más se ajuste a sus necesidades.
Solo Tren: Esta modalidad permite iniciar el trayecto directamente desde San Antonio de los Cobres, en una ruta que sube hasta el viaducto. Para esta opción, los viajeros deben llegar por su cuenta a la estación de San Antonio de los Cobres, a unos 165 km de Salta.
Los precios para 2024 se dividen en cuatro categorías:
Bus-Tren-Bus: el recorrido comienza en bus desde la ciudad de Salta, cruzando los paisajes andinos y haciendo paradas en puntos de interés como Campo Quijano y Santa Rosa de Tastil. Más adelante, los pasajeros suben al tren en San Antonio de los Cobres y, tras completar el trayecto hasta el viaducto, regresan en bus a Salta. Los precios para este paquete son:
Ambas opciones incluyen guías bilingües, servicio de asistencia médica y cafetería. Es recomendable reservar con antelación, ya que es una atracción muy popular durante todo el año.