Espelette, así es el pueblo vasco francés donde cuelgan pimientos de las fachadas
La llamativa tradición de Espelette le ha convertido en un lugar que nadie quiere perderse
Con la llegada del otoño, cuelgan los pimientos en las fachadas para que se sequen
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Cada lugar tiene sus costumbres y curiosidades, estas puede ser una mera anécdota, o convertirse en el motivo concreto por el que alguien decide incluirlos en su lista de lugares que quiere visitar y conocer. Algunos lugares reciben más turistas durante sus fiestas patronales, otros a lo largo de todo el año reciben a sus visitantes gracias a los detalles históricos de sus calles o la curiosa arquitectura de sus casas.
En Espelette cuelgan pimientos de las fachadas, pero por curioso que esto resulte, no es lo único que hace atractivo a este pueblo vasco francés, que tiene mucho que ofrecer más allá de este curioso detalle.
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En el corazón del País Vasco francés se encuentra Espelette, un pueblo con una curiosa tradición que se ha convertido en una atracción para los visitantes. Es tradición en este lugar colgar de las fachadas los pimientos al final del verano para que, gracias a las condiciones de la zona, puedan secarse, dando así lugar a sus ya típicos Piment d’Espelette, unos pimientos rojos secos que se han convertido en identificativos del lugar.
De hecho, tanto es así que incluso la UE ha otorgado la denominación de origen a los pimientos de esta zona, porque no solo se producen en este pueblo, también en otros del lugar. Además, en octubre se celebra el Festival del Pimiento de Espelette, donde se pueden degustar estos pimientos, pero también comprar; unas fiestas en las que además de comer, se pueden disfrutar de otras tradiciones de la zona, como bailes típicos.
Una vez divisados los pimientos en las fachadas y disfrutado de la pintoresca estampa que ofrecen en las calles, parecería que poco más tiene que ofrecer este lugar, pero nada más lejos de la realidad. Quienes han venido hasta aquí tienen mucho con lo que disfrutar, desde las casas tradicionales vascas, con sus colores típicos blancos, rojos y verdes, hasta sus calles empedradas.
Está claro que la gastronomía es uno de sus fuertes, como suele suceder en toda esta zona, pero también lo son las tiendas que encontraremos y que permiten a los visitantes comprar esos productos típicos que han conseguido atraerles hasta la zona. Si ver y comer los pimientos no es suficiente y quieres saber más, en el centro del pueblo se pueden visitar el Centro de Interpretación del Pimiento de Espelette AOP, donde aprender más sobre esta verdura y la historia que la relaciona con el pueblo.
Cuenta también con otros puntos de interés que no están relacionados con la gastronomía, como el recientemente renovado castillo de los Varones de Espelette, situado junto a la zona peatonal, o la iglesia de San Esteban, construida en el siglo XVI y utilizada en el pasado como fortaleza.
Los alrededores del pueblo son también estupendos para alargar la visita, algunos de los pueblos que encontramos a su alrededor también reciben con calidez al visitante, poniendo a su disposición la belleza de sus calles, ideales para caminar por ellas y admirar el paso del tiempo.