Cuando toca subirse a un avión, es fácil pensar solo en aspectos como la comodidad, especialmente si nos disponemos a realizar un vuelo largo. Sin embargo, lo que muchos a menudo ignoran es que la ropa que lleves durante el trayecto puede llegar a marcar la diferencia en situaciones de emergencia. Aunque los accidentes aéreos son situaciones extremadamente raras, vestir la ropa adecuada para estos casos podría aumentar significativamente nuestras probabilidades de salir con vida e ileso de este percance.
Uno de los principales riesgos en un accidente aéreo es el fuego. Según expertos en seguridad aeronáutica, evitar prendas fabricadas con materiales sintéticos como el poliéster o el nylon es clave en caso de sufrir un percance. Estos materiales pueden fundirse con el calor, aumentando el riesgo de quemaduras graves. En lugar de este tipo de prendas, se recomienda optar por fibras naturales, como el algodón o la lana, que ofrecen mayor resistencia al calor y pueden proteger mejor la piel en caso de incendio.
Otro aspecto a tener en cuenta es que durante una evacuación de emergencia, el tiempo es crucial. Los pasajeros tienen un promedio de 90 segundos para salir del avión, lo que significa que cualquier obstáculo que impida que podamos movernos por la cabida con la máxima rapidez puede constituir un peligro. Las prendas ajustadas o restrictivas, como los jeans apretados, pueden dificultar la agilidad para moverse en espacios reducidos, como pueden ser los pasillos del avión. Por ello, siempre es mucho más recomendable usar ropa suelta y cómoda que permita moverse fácilmente en cualquier circunstancia.
Llevar un calzado adecuado es vital en situaciones de emergencia. Y es que, aunque puede ser tentador optar por sandalias o zapatos ligeros para tener una mayor comodidad, los expertos sugieren usar calzado cerrado y resistente durante los vuelos. Esto no solo protege los pies en caso de evacuación por superficies calientes o accidentadas, sino que también facilita el movimiento rápido. En caso de emergencia, podríamos tener que correr o caminar por escombros, lo que sería muy difícil, o incluso imposible con el calzado inapropiado.
Las temperaturas en el avión suelen ser bajas debido a la presurización de la cabina, lo que hace recomendable llevar varias capas de ropa. En caso de que las temperaturas bajen de una forma aún más drástica, bien por un fallo en el sistema de calefacción o por una emergencia en zonas frías, una chaqueta puede proporcionar calor adicional. Además, en situaciones donde haya que evacuar el avión, una chaqueta puede convertirse en una propicia barrera adicional contra el fuego o evitar que entremos en contacto con superficies muy calientes.
Es precisamente esto último, el contacto directo con las distintas superficies del avión un aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de vestirnos para volar. No solo se trata de una cuestión de comodidad, sino también de higiene. Las aeronaves rara vez se limpian a fondo entre vuelos sucesivos, y los asientos, pasamanos y mesas pueden ser focos de bacterias. Usar pantalones cortos o camisetas sin mangas deja expuesta una mayor superficie de piel al contacto directo con estos elementos, lo que puede hacer que aumente el riesgo de infecciones o enfermedades. Además, en caso de evacuación, las prendas largas, como decíamos más arriba, también brindan mayor protección contra posibles abrasiones.
Finalmente solo nos quedaría hablar de los complementos. Por ejemplo, los accesorios metálicos pueden suponer un problema durante la revisión de seguridad que se realiza en los aeropuertos, pero también existe cierto riesgo al llevarlos cuando aparecen situaciones de emergencia en pleno vuelo. Joyas voluminosas o metálicas pueden complicar la movilidad o engancharse en objetos durante una evacuación en la que se necesite actuar con extrema rapidez y precisión. Es por ello que los expertos recomiendan reducir al mínimo el uso de estos y cualquier tipo de accesorios cuando se viaja en avión.
Elegir la ropa adecuada para un vuelo no solo afecta nuestra comodidad mientras estemos en el aire, sino que también puede tener un impacto directo en la seguridad en el improbable caso de que nos encontremos en una situación de emergencia. Por eso precisamente es mejor optar por fibras naturales, evitar ropa ajustada o restrictiva, llevar calzado cerrado y mantener un enfoque minimalista con los accesorios como algunas de las recomendaciones clave que podrían salvar nuestra vida en una situación extrema.
Aunque es poco probable que nos encontremos con una emergencia en nuestro vuelo, y la mejor demostración son las cifras. Por ejemplo en 2017 se realizaron casi 37 millones de vuelos en todo el mundo, y solo 10 de ellos tuvieron un accidente fatal. Aún así, estar preparado es siempre la mejor opción.