La despoblación es un problema real para muchas localidades, que ven como, con el paso del tiempo, sus calles se vacían y sus vecinos son cada vez menos, lo que puede desembocar en la muerte del pueblo, algo que no es del agrado de nadie. Por eso en muchos lugares han puesto en marcha diferentes iniciativas para evitarlo.
En algunos lugares el incentivo es económico, incluso llegando a ofrecer una cantidad de dinero para quien se instale en el lugar, aunque lo más frecuente es que esa ayuda venga en forma de alquileres asequibles y facilidades para encontrar trabajo. Genalguacil no ha optado por eso, lo que ellos han hecho es convertir su pueblo en un museo y apostar por el arte, para deleite de artistas, vecinos y visitantes.
En la Serranía de Ronda, en Málaga, está Genalguacil, un pueblecito blanco que ha querido reinventarse para volver a seducir a sus habitantes y lograr de este modo evitar que la despoblación acabe con un rincón cargado de historia, pero que todavía tiene mucho que ofrecer, y lo hace fusionando cuatro elementos: tradición, arte, cultura y naturaleza, tal y como aclaran desde la Fundación ‘Genalguacil Pueblo Museo’.
“Después de 50 años perdiendo población, desde 2019 está incrementándola en un 4% anual, gracias al proyecto Genalguacil Pueblo Museo, a las personas que apoyan esta idea y a los vecinos del pueblo. Un pilar fundamental del proyecto es el uso del arte contemporáneo como motor de crecimiento, generando oportunidades para el desarrollo y transformación”, explican.
Gracias a sus intervenciones artísticas en el trazado urbano, Genalguacil es considerado un pueblo museo, pero además, en 2021 fue distinguido como uno de los pueblos más bonitos de España, algo a lo que ha contribuido su iniciativa artística, pero también sus calles blancas y callejones, así como sus paisajes naturales.
Son precisamente sus calles las que han conseguido que, además de bonito, sea también bello, porque donde menos lo esperas, alzas la mirada y te la devuelve una pieza de arte. En este rincón de Andalucía, en las primeras semanas de agosto y una vez cada dos años, se dan cita artistas y artesanos, que dejan que este rincón del mundo les inspire y como recompensa, les regalan su arte, que pasa a formar parte del propio pueblo.
Además, el patrimonio generado por los numerosos artistas que han participado a lo largo del tiempo en esta iniciativa descansa en el Museo de Arte Contemporáneo de Genalguacil, que también puede visitarse y que se ha convertido en memoria viva de esta artística iniciativa que ha conseguido reavivar el pueblo y aumentar el número de visitantes.
Cada paseo por sus calles permite descubrir alguna pieza de arte nueva, que se exhiben con orgullo desde la primera vez que esta iniciativa se realizó en 1994. Diferentes disciplinas, como fotografía, vídeo, pintura o escultura, no hay límite para los artistas que han querido colaborar, pues en este rincón de Málaga hay espacio para todos y el arte es el propio límite.