Para muchas personas, mirar el cielo sigue siendo un rito ancestral, un acto de profunda significación que nos enfrenta a la vastedad del cosmos y nos devuelve el asombro de las primeras veces. De pronto, somos conscientes de lo pequeños y frágiles que somos frente a un telar de estrellas que seguirá ahí, para ser descifrado, cuando hayamos desaparecido y sean otros los que repitan la ceremonia.
Según la revista Forbes, el astroturismo no ha dejado de crecer desde el año 2020. Las cifras de observadores de estrellas, tanto aficionados como profesionales, son cada vez más altas. España es uno de los destinos europeos que cuenta con algunos de los puntos de observación más interesantes de esta modalidad de turismo.
Destacamos por ofrecer muchas experiencias distintas, para todos esos paladares que buscan cielos despejados y buenas condiciones de luz, sin contaminación que empañe la postal de ese vacío cósmico.
La isla de La Palma es ampliamente reconocida como uno de los mejores lugares del mundo para mirar las estrellas. El Observatorio del Roque de los Muchachos, a 2.396 metros de altura, alberga algunos de los telescopios más avanzados que se pueden encontrar, incluyendo el GTC, el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo. Por supuesto, la zona cuenta con algunas de las actividades más demandadas en esta modalidad de turismo: tours guiados, talleres de astrofotografía y telescopios de gama alta. El aficionado y el profesional tienen aquí su particular paraíso celeste.
La isla cuenta con el certificado Starlight y destaca, sobre todo, por sus cielos limpios y estables, con una visibilidad excepcional de las constelaciones. Si estás pensando en cargar con tu telescopio de aficionado o tu móvil, es uno de los mejores lugares a los que puedes ir.
Otro punto neurálgico del turismo de estrellas en España. La altitud vuelve a ser la clave. 3.718 metros, vistas inigualables del cielo sin la contaminación lumínica de las zonas urbanas. Las famosas ‘noches del Teide’ hacen posible los otros eventos astronómicos más demandados por los aficionados al astroturismo: las lluvias de meteoros y los eclipses.
La Fundación Starlight ha reconocido varias zonas en Extremadura como destinos ideales para el astroturismo. En paralelo, ha habido aumento en la infraestructura y las actividades relacionadas con la astronomía en la última década.
En este caso, las amplias zonas rurales y los cielos oscuros hacen posible ese contraste que buscan ávidamente los aficionados al turismo celeste, el que permite ver sus constelaciones preferidas sin interferencias notables. La Reserva Starlight de Monfragüe y el Parque Nacional de Monfragüe son dos de los lugares más importantes. Allí, la baja densidad de población y la falta de contaminación lumínica crean un entorno perfecto para pararse a mirar el cielo.
Además, la reserva ofrece distintas rutas guiadas para aprender sobre las constelaciones, y es posible avistar detalles de la Luna, los anillos de Saturno, las lunas de Júpiter y las nebulosas más cercanas. También organizan eventos durante fenómenos astronómicos notables, como lluvias de meteoros y eclipses.
Situado entre España y Portugal, en los municipios de Alandroal, Reguengos, Monsaraz, Mourão y Barrancos, Portel y Moura, es el hogar de la primera Reserva Dark Sky transfronteriza, y uno de los puntos neurálgicos del astroturismo sostenible, con distintas iniciativas para proteger el cielo nocturno incluyen la regulación de la iluminación pública y la promoción de prácticas responsables. Como astro-destinos es de visita obligada. De nuevo, tenemos excelentes condiciones para observar el cielo nocturno y una ausencia casi total de contaminación lumínica. Le avala ser primera Reserva del Mundo en obtener la certificación Starlight, asignada por la UNESCO y la Organización Mundial de Turismo.
El Observatorio Astronómico de Albarracín es uno de los puntos clave para el astroturismo en Andalucía, donde también destacan la Reserva Starlight de Sierra Morena o la Reserva de la Biosfera de Doñana. La altitud vuelve a ser una ventaja importante. Cielos oscuros de primera calidad, con una gran cantidad de noches despejadas y sin contaminación lumínica que interfiera en nuestra contemplación de las estrellas.a