Mar, montaña, islas, volcanes… España tiene de todo, siendo el segundo país de Europa con más montañas. Consecuencia directa de esto son la cantidad de valles y gargantas capaces de crear cascadas que pueden incluso recordar a Islandia. Aunque las cascadas españolas, no son especialmente altas si son peculiares y con la capacidad de impresionar hasta los más incrédulos.
La cascada del Ézaro es una de esas imposible de olvidar por el ojo humano, pues, aunque no sea muy alta, lo que la hace especial es que se trata de la única en toda Europa que desemboca en el mar.
Las aguas que vienen de los valles y montes que rodean el pueblo de Santa Coma da vida el río Ézaro también como conocido como jallas, su principal característica es que cuenta con un curso muy tranquilo de 57 km que termina con una pequeña cascada que cae directamente sobre el Atlántico con un salto de 40 metros de alto con un desnivel de 155m, golpeando el cañón del monte Pindo.
Su cauce hoy es muy modesto y atraviesa municipios coruñenses como Castriz, La Baña o Mazaricos, antes de llegar a Dumbría, donde el Ézaro desemboca en el Atlántico.
Naturaleza, historia y leyenda han envuelto desde hace siglos la Costa da Morte, un nombre imposible de olvidar por el gran número de naufragios que se han dado en sus costas. Navegantes y marineros del siglo XVII documentaban en sus diarios de abordo la humareda provocada por la cascada de Ézaro, que divisaban a varios kilómetros de distancia. Aunque hoy en día no es tan aparatosa guarda un encanto especial.
Su extraordinaria belleza la ha convertido en uno de los lugares que más visitantes recibe cada año de Galicia. Un espectáculo de la naturaleza que desemboca en el mar entre los agrestes de la Costa da Morte. Hay que destacar que todos los veranos desde el 21 de junio hasta el 21 de septiembre se ilumina desde las 23:00 hasta las 00:00 horas (también algunos festivos del año), creando una ambiente único y mágico que enamora a visitantes y locales.
Desde Costa da Morte Turismo aseguran “en invierno, si llueve mucho y los niveles del embalse están muy altos, se abren las compuertas más de lo habitual y se puede ver una cascada espectacular, multiplica su caudal habitual. Este río, a pesar de no ser muy largo, apenas 66 km de longitud es el más aprovechado para la producción de electricidad de todo Galicia. Cuenta con cuatro embalses y cinco centrales hidroeléctricas.”
A unos setenta kilómetros al oeste de Santiago de Compostela, y muy cerca de la cascada se puede subir al Mirador de Ézaro, un inmenso balcón, frente al monte Pindo, en que de disfrutar de una panorámica espectacular de la desembocadura del río Xallas.
El entorno es perfecto disfrutar de la naturaleza gallega en su máximo esplendor. El verano no pueden faltar las rutas en Kayak, que permiten a los más atrevidos remar hasta la desembocadura del río. Para los que quieren disfrutar del mar y el curso del río pero no están por la labor de remar, se puede realizar la visita en catamarán.
Las rutas de senderismo son otro de los encantos de la región, pues además cuenta con una historia repleta de leyendas que llevarse para el recuerdo. Un rincón de Galicia difícil de olvidar.
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