El atractivo de las motos de agua radica en la combinación de velocidad, adrenalina y la posibilidad de disfrutar del mar de una forma emocionante. Las ventas se han disparado un 30% desde 2020, según la Asociación Española de Deportes Acuáticos, pero también los accidentes están creciendo y lo hacen, además, en mayor proporción.
La Dirección General de la Marina Mercante informó el verano pasado de que los accidentes relacionados con motos acuáticas habían aumentado un 35% y lamentablemente, nada hace pensar que éste vaya a ser muy diferente.
“El problema es que las consecuencias son fatales en muchos casos, como los traumatismos craneoencefálicos o las lesiones en la columna vertebral, que pueden provocar parálisis o incluso la muerte. También las fracturas de huesos, igual que las laceraciones y contusiones causadas por el impacto con el agua o la propia moto, pueden resultar muy graves. Por no hablar de los ahogamientos, que se producen normalmente en condiciones de grandes olas o fuertes corrientes”, explica Carlos Alberto Villarón, profesor de Fisioterapia de la Universidad Europea de Valencia.
Por todo ello, la seguridad debería ser siempre la máxima prioridad a la hora de disfrutar de un buen rato a bordo de una moto náutica. El experto enumera una serie de recomendaciones, como “ser consciente de los propios límites y habilidades, conocer las condiciones meteorológicas y del mar, utilizar el equipo de protección adecuado y seguir siempre las indicaciones de los instructores o socorristas. Al final, se trata de practicar esta actividad en lugares seguros y con supervisión y a ser posible acompañado, sobre todo si no se tiene mucha experiencia”.
Además de las motos de agua, el Dr. Villarón alerta de los peligros de otros deportes acuáticos, como el surf, el kitesurf o el windsurf, “en los que las olas, las corrientes y la fuerza del viento unidas a la dureza de la tabla, pueden causar fracturas, contusiones y dislocaciones. En el caso del esquí acuático, por su parte, las caídas a gran velocidad y los golpes con la superficie del agua pueden ocasionar traumatismos craneoencefálicos o lesiones en la columna vertebral. Y en el buceo, los errores en el equipo, la descompresión inadecuada y la falta de oxígeno representan algunos de los peligros más graves”.
Los deportes acuáticos, en conclusión, ofrecen una excelente forma de disfrutar del verano y mantenerse en forma, pero es crucial hacerlo con responsabilidad y precaución.
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