¿Por qué no debes pedir tu bebida con hielo en un vuelo?

Cuando llega el momento de subirse a un avión hay varios aspectos que deben ser tenido en cuenta si queremos mantener nuestra salud y bienestar intactos durante el viaje. Uno de los recomendaciones que los pasajeros pasan por alto con mayor frecuencia es la de evitar pedir bebidas con hielo. Esta máxima, aunque pueda parecer trivial, tiene fundamentos importantes que es necesario comprender para proteger tu salud en el aire.

Riesgos de contaminación del hielo

Uno de los problemas más serios relacionados con el consumo de hielo, tanto en restaurantes como en aviones, es la posible contaminación bacteriana. Diversos estudios han demostrado que las máquinas de hielo pueden ser un caldo de cultivo para bacterias peligrosas como Salmonella, E. coli, y Norovirus. Por ejemplo, una investigación reciente ha revelado que una tercera parte de las muestras de hielo de establecimientos comerciales contenían bacterias coliformes, lo que indica contaminación fecal.

La contaminación del hielo puede ocurrir por diversas razones. En primer lugar, porque las máquinas de hielo no siempre se limpian con la frecuencia adecuada. Un informe reveló que seis de cada diez restaurantes populares en Gran Bretaña tenían más bacterias en su hielo que en el agua de sus inodoros, debido a que estos últimos se limpian más regularmente, lo que es una estadística que podríamos considerar preocupante, cuanto menos. Además, el hielo puede contaminarse por una manipulación inadecuada, como en el caso de contacto con manos sucias o utensilios mal desinfectados.

En general, las bebidas servidas durante los vuelos ya están refrigeradas antes de servirse, con lo que no es necesario el hielo para que nuestros tragos sean frescos y sanos. Con esto en mente, es mejor optar por no enfriar lo que vayamos a beber mientras estemos en el aire. 

Condiciones sanitarias en los aviones

En el contexto específico de los vuelos, las condiciones sanitarias pueden ser aún más preocupantes. Las aeronaves cuenta con espacios muy limitados para almacenar y mantener equipos como las máquinas de hielo, lo que puede dificultar su limpieza y mantenimiento adecuado. Además, las bandejas de hielo y otros utensilios pueden estar expuestos a un entorno menos controlado que el de un restaurante en tierra.

El uso de hielo contaminado en los aviones puede incrementar el riesgo de infecciones gastrointestinales, que son particularmente incómodas y potencialmente peligrosas durante un vuelo. Enfermedades como la gastroenteritis, causadas por bacterias como E. coli o Norovirus, pueden provocar síntomas graves como diarrea, vómitos y dolor abdominal. Lidiar con todos estos síntomas a 10.000 metros de altura puede convertirse en todo un reto tanto para los pasajeros, como para la tripulación.

Alternativas de bebida seguras

Para evitar estos riesgos, es recomendable optar por bebidas sin hielo durante tu vuelo. El agua embotellada y los zumos enlatados son opciones más seguras, ya que este tipo de productos generalmente pasan por controles de calidad más estrictos y son menos propensos a la contaminación por causas externas. Además, mantener una buena hidratación es crucial durante los vuelos, y el agua embotellada es una opción confiable para este propósito.

Otra alternativa saludable es el zumo de tomate. Esta bebida no solo es una opción menos común y refrescante, sino que también contiene licopeno, un antioxidante poderoso que puede ofrecer varios beneficios para la salud. Sin embargo, es importante tener en cuenta su alto contenido de sal, especialmente para aquellos que necesitan controlar su ingesta de sodio.

Además, al riesgo que supone consumir bebidas con hielo en una avión, hay que sumar que el hielo puede diluir las bebidas, alterando su sabor y calidad. De hecho en coctelería, el uso de hielo de mala calidad, que se derrite rápidamente, puede llegar a arruinar la experiencia de una bebida bien mezclada y preparada.

De esta forma, evitar el hielo en las bebidas durante un vuelo es una precaución sencilla pero efectiva para proteger nuestra salud. La posible contaminación de las máquinas de hielo y la manipulación inadecuada son riesgos que pueden evitarse fácilmente optando por bebidas sin hielo. Debemos tratar de mantenernos hidratados consumiendo agua embotellada o zumos enlatados y disfrutar de esta manera de un vuelo más seguro y confortable.