El pueblo de Segovia en el que te sentirás como en Marte
En la Sierra de Ayllón se puede disfrutar de la ruta de los pueblos de colores: amarillo, rojo y negro
Gracias a los materiales con los que han sido construidos, cada pueblo tiene una tonalidad general
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Hay rincones por lo que merece la pena pasar por lo menos una vez en la vida, otros bien pueden convertirse en parada habitual para poder disfrutarlos como se merecen. Algunos de ellos son conocidos por todos, con el tiempo se han convertido en centro turístico y no han dudado en potenciar todos sus puntos a favor para seducir al viajero, otros todavía tienen mucho camino por recorrer y mantienen escondidos sus secretos.
Esto es lo que sucede con algunos lugares menos conocidos de España, donde la magia no deja de ser real, por mucho que se mantenga oculta. Rincones llenos de cosas por descubrir, de calles que recorrer y edificios con los que maravillarse, casi como si estuviéramos en un mundo completamente diferente, que es precisamente la sensación que se consigue al caminar por Madriguera, el pueblo rojo de Segovia.
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Madriguera: el pueblo de Segovia donde te sentirás como en Marte
En la Sierra de Ayllón, entre Segovia y Guadalajara, hay una serie de pueblos que destacan por su colorido y Madriguera es uno de los más representativos de este rincón, que sobresale por el llamativo color rojo de sus construcciones, lo que hace que se les conozca por el nombre de ‘pueblos rojos’. Esta similitud de colores con el planeta Marte es lo que hace que muchos visitantes sientan que se encuentran en otro mundo.
Con apenas una veintena de habitantes, en fines de semana y vacaciones experimenta un aumento de visitantes, que no se quieren perder el espectáculo que es este lugar para la vista, pues siempre parece estar viviendo su ‘golden hour’, algo que consigue gracias a los materiales con los que están fabricados sus edificaciones, la piedra ferruginosa y la tierra arcillosa, típica de la zona.
Gracias al cuidado con el que se han rehabilitado sus casas, Madriguera no solo es el pueblo más conocido de entre todos los denominados ‘pueblos rojos’, también es uno de los mejor conservados. La zona merece la pena la visita, pero solo con pasear por el pueblo es suficiente para darse por satisfecho, gracias a la belleza de sus calles. También se puede visitar la iglesia de San Pedro y el precioso lavadero, que han recuperado de la ruina recientemente.
Además de destacar por sus colores y lo pintoresco de los edificios que se encuentran en este lugar, también merece la pena destacar la tranquilidad y la calma que se respira, gracias a la serenidad de sus calles. Como decíamos, es un lugar pequeño, con pocos habitantes, pero cuenta con un restaurante donde se puede disfrutar de una reconfortante comida.
En la misma zona se puede disfrutar de otros pueblos que comparten tonalidad con Madriguera, pero también otros que conforman los llamados ‘pueblos negros’, nombre que obtienen una vez más a causa de los materiales empleados en la edificación de sus casas, igual que sucede con los 'pueblos amarillos'. Lo más frecuente es visitar varios de ellos, disfrutando de sus colores, de sus calles y del ambiente de paz que se respira en ellos.