Una de las dudas que surgen cuando se tiene un hijo pequeño es qué opciones hay para viajar en avión. Y cuanto menor sea este, más complicaciones parecen surgir. Sin embargo, las aerolíneas suelen ofrecer ayuda a quienes se encuentran en esta tesitura.
En este sentido, lo primero que hay que saber es que los bebés menores de dos años pueden viajar sentados con uno de sus progenitores en el mismo asiento. Es a partir de esa edad cuando deberán ocupar un asiento diferente en el que podrán incorporarse soportes para que el pequeño viaje más cómodo.
Cuando volamos con un bebé o cualquier otro menor de 14 años dentro de nuestras fronteras, solo es necesario llevar el libro de familia para demostrar que se trata de nuestro hijo. En cambio, si el destino se encuentra en los países Schengen, ya será necesario el DNI o el pasaporte. Asimismo, en los países fuera de este espacio aéreo europeo solo se podrá volar con pasaporte o con un visado en caso de que sea necesario.
En este punto, hay que mencionar que, según AENA, ya es posible volar transcurridas 48 horas desde el nacimiento. En caso de que sea un vuelo corto, habrán de pasar 7 días, mientras que para los de larga duración, el tiempo mínimo han de ser 21 días desde que el bebé nació.
Tal y como hemos mencionado anteriormente, los niños menores de dos años pueden ocupar el asiento de uno de sus padres si así lo desean –puede darse el caso de que los progenitores prefieran que vaya en un asiento diferente, con lo que, en ese caso, la tarifa cambiará–.
Si comprobamos las condiciones de dos compañías aéreas españolas como Iberia y Air Europa, encontramos algunas generalidades que conviene conocer cuando se viaja con bebés.