Tradiciones en España por el Día de Todos los Santos: fiestas y curiosidades
En muchas regiones de España se honra a los muertos con diferentes tradiciones
Desde los Tosantos en Cádiz a la Castanyada, en Cataluña, cada fiesta tiene sus particularidades y su forma de vivirse
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El 1 de noviembre, España se viste de tradición y recuerdo con la celebración del Día de Todos los Santos. Pero, ¿sabías que cada rincón de nuestro país tiene su forma muy particular de vivir esta jornada?
Este día trasciende la mera conmemoración religiosa, desplegando un abanico de tradiciones, rituales y festividades que reflejan la diversidad de nuestras costumbres y la mirada que le dirigimos a la muerte y al recuerdo de los que ya no están. A veces somos irónicos, otras, nostálgicos y dolientes, y siempre con el gusto por el comer mientras recordamos. Desde las visitas a cementerios profusamente adornados con flores y velas, pasando por la gastronomía típica con dulces como los "huesos de santo" y "buñuelos de viento", hasta celebraciones locales como la "Castañada" en Cataluña o "Los Tosantos", en Cádiz.
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El Samaín (Galicia)
El 31 de octubre, las aldeas gallegas se iluminan con hogueras y "calacús" (calabazas) tallados. Según la tradición popular ahuyentan a los espíritus malignos. Los más jóvenes, disfrazados, recorren las calles pidiendo frutos secos y dulces de puerta en puerta, en una clara reminiscencia del "truco o trato". Además, la gastronomía se apropia del paladar con dulces como las orejas (‘orellas’) y las rosquillas de muerto.
El Samaín es una ventana al pasado que nos conecta con la esencia cultural y ancestral de Galicia. Es una muestra de cómo las tradiciones, incluso las más antiguas, continúan vivas y adaptándose a los tiempos modernos. Según el historiador Xosé Ramón Mariño Ferro, especialista en tradiciones gallegas, esta ‘noche oscura del alma’ marcaba el final de la temporada de cosechas y el comienzo de la estación oscura.
La noche de los finaos (Canarias)
Según el antropólogo Juan José Delgado, los finaos eran aquellos que habían fallecido durante el año, y esta noche se les recordaba con música, bailes y relatos.
Reunidos en torno a fogatas o en las plazas del pueblo, los canarios comparten historias y chascarrillos de sus seres queridos mientras toman piñones, manzanas asadas. castañas y, por supuesto, los espirituosos: el tradicional vino dulce de la tierra, ron y anís. Las rondallas recorren las calles aportando la banda sonora.
Más que un simple acto de recuerdo, la noche de los finaos es un canto a la vida, una forma de conectar con las raíces y mantener viva la memoria colectiva de las islas, celebrando el ciclo de la vida y la eterna conexión entre pasado y presente.
Día de la chaquetía (Extremadura)
Los niños y los jóvenes cargan castañas, membrillos higos, granadas y otras frutas protagonizan este día tan especial para los extremeños. El origen de la tradición separaba a jóvenes y adultos. Los primeros se reunían para tomar migas o gachas, mientras que los segundos desfilaban por las calles pidiendo castañas y otros frutos de otoño mientras cantaban distintas versiones de la canción popular: "Tía, tía, dame la chaquitía, que si no no eres mi tía" o "Tía, la chaquetía, los pollos de mi tía, unos cantan y otros pían, y otros piden ¡castañas cocías!".
Los Tosantos (Cádiz)
Los Tosantos es una fiesta gaditana con un corazón libérrimo. Todo se disfraza, hasta los animales y los alimentos del mercado de abastos que tradicionalmente se visita en este día, y en el que es posible encontrar permutaciones milagrosas de lo humano y lo animal, desde un cochinillo con una peluca rubia hasta una enorme lubina o un salmón con un sombrero. Puro arte efímero, que no vuelve a burlar la muerte hasta un año después.
La Castanyada (Cataluña)
Esta fiesta encuentra sus raíces en las antiguas vigilias para velar a los muertos. Montserrat Casas, historiadora de la UB, señala que antiguamente, durante estas noches en vela, las campanas repicaban en homenaje a los difuntos. La comunidad se reunía entonces y compartía comida para enfrentar la larga noche de dolor y despedida.
Es típico que las calles se inunden del olor de las castañas asadas. Las castañeras, con sus puestos callejeros, se convierten en elemento distintivo de esta tradición. Sin embargo, el festín no termina ahí. Los panellets, dulces elaborados a base de mazapán y decorados con piñones, almendras o coco, se presentan como el complemento perfecto, usualmente maridados con un vaso de moscatel.
Gaztañarre Eguna (País Vasco)
La castaña asada vuelve a cobrar protagonismo en esta fiesta. Iñaki Arregui, etnógrafo vasco, destaca que esta celebración tiene raíces profundas en las costumbres agrícolas y comunitarias de la región. Familias y amigos se reúnen en plena naturaleza para recolectar y compartir las castañas y degustar productos típicos como los caracoles en salsa y el motokil. También es un día para darse un homenaje salir a comer a un buen restaurante en recuerdo de los difuntos.