En verano, casi nunca nos apetece meternos a preparar platos complicados que generan calor en la cocina. Queremos disfrutar del tiempo libre y las vacaciones, y los días de ir a la playa a menudo nos suponen un quebradero de cabeza. No queremos repetir recetas, pero tampoco tirar de clásicos como la tortilla de patata, la ensalada de pasta o los bocadillos para salir del paso.
La mayoría de estas comidas se tardan menos de 30 minutos en preparar, y con algunas de ellas tendremos un respiro. Saldremos las típicas recetas de playa que, a fuerza de repetir y repetir, se hacen monótonas y poco interesantes.
Pan multicereales (merece la pena invertir algo más de dinero en un pan de calidad calidad)
Huevos cocidos (1 por cada bocadillo)
Calabacín, berenjena, cebolla y pimiento rojo asados.
Comino en polvo
La combinación es explosiva y nos ahorra caer en el clásico bocata de tortilla o de jamón. El sabor de estos ingredientes combinados es intenso, pero también suave y cremoso gracias al punto perfecto de las verduras asadas.
Ensalada de sandía y queso feta
Sandía en trozos de bocado.
Pepino
Queso feta
Menta.
Sésamo tostado (opcional)
Aceite de oliva al gusto.
Una receta fresca y facilísima de preparar que alcanza las alturas si elegimos una buena materia prima. Como punto adicional, podemos añadirle menta o alguna hierba aromática que potencie el contraste de los sabores entre el dulce de la sandía y el salado del queso.
1 cucharada de aceite de coco apto para el consumo
Semillas de eneldo
Sal al gusto
500 ml de agua
Rallamos parte de la lima y la exprimimos, y la mezclamos con el aguacate y el pepino en la batidora de vaso.
Añadimos el diente de ajo y el agua muy fría, que habremos dejado en la nevera la noche anterior.
Trituramos bien hasta que quede una crema fina. Hay quien prefiere colarla, aunque la receta es igualmente sabrosa sin este paso.
Por último, agregamos el aceite y terminamos de emulsionar la mezcla de ingredientes.
Hummus con toque de jengibre y cilantro
200g de garbanzos cocidos (no te compliques, valen los del supermercado)
1 cucharada de bicarbonato
Zumo de limón
2 cucharadas emulsionada de jengibre y ajo previamente triturados en una pasta, o en su defecto, 3 dientes de ajo pequeños y un trozo de jengibre.
210 g de tahín (pasta de sésamo que se puede encontrar en multitud de supermercados)
2 cucharadas soperas de AOVE.
Medio vaso de agua helada
Pimienta
Dips (doritos, pan de pita o incluso tortillas mexicanas tostadas en la sartén)
Esta versión del clásico paté de garbanzos nos aportará un toque ácido diferente, perfecto para un día de calor en el que contemos con una neverita de playa. Es clave mantener el recipiente donde guardemos. Así podremos dippearlo a gusto.
Si optas por cocer los garbanzos, déjalos previamente en remojo la noche anterior con el doble de su volumen en agua.
Cocina los garbanzos a fuego vivo y agrégales una cucharada de bicarbonato. Agrega 2 litros de agua y cuécelos entre 20 y 40 minutos, hasta que estén muy tiernos.
Con la batidora, tritúralos hasta conseguir una pasta firme. Añade la pasta de jengibre y ajo, el zumo de limón, la pasta de sésamo. Mézclalo todo hasta obtener una mezcla uniforme y agrega medio vaso de agua helada para rematar.
Ensalada de quinoa con sabor a mar
Rúcula
200 g de quinoa. Con la tricolor queda mejor. También es válido el cuscús, o el bulgur.
Atún o bonito en conserva de calidad.
Mejillones al vapor
Maíz dulce (al gusto)
Vinagre de jerez
Sal y pimienta
Esta receta de ensalada se aleja de la clásica ensalada de pasta, un plato tan imbatible como repetitivo en nuestras playas.
Crackers de falso ceviche de atún
Atún al natural (de 2 a 4 latas, en función del número de comensales)
1 mango en su punto cortado en dados
1-2 tomates picados
1 pepino o un poco menos, en función de nuestro gusto
Cebolla morada
Cilantro picado
Zumo de 1 limón
Zumo de media naranja
Crackers, o, en su defecto, pan que hemos tostado previamente
Para que el pan no se humedezca de antemano, es importante hacerse con una cuchara para poder montar las tostadas en el momento de consumirlas.
Quiche de langostinos
Una lámina de masa brisa
75 ml de nata líquida para cocinar
40 g de queso emmental.
2 huevos
1-2 puerros.
75-100 g de pimiento rojo
1 berenjena
1 diente de ajo
200 g de colas de langostino.
Si la dejamos preparada el día anterior, una buena tarta salada es una de las mejores alternativas a los clásicos platos de sombrilla y neverita. Contamos con la ventaja del frío para conservar los langostinos una vez cocinados. Aguantan perfectamente y nos dan un toque de sofisticación en la receta.
Primero, engrasa el molde con mantequilla o aceite de girasol y distribuye la masa brisa. Pincha toda la superficie con un tenedor para que no reviente con el calor del horno. Utiliza macarrones o garbanzos como peso, para evitar que la base suba durante la cocción.
Hornea durante diez minutos (o hasta que veas que empieza a tostarse y endurecerse).
Saca el molde del horno.
Parte todas las verduras, sofríelas hasta que estén al dente y colócalas en un recipiente.
En la misma sartén, saltea las colas de langostino y agrégalas a la mezcla con las verduras.
Distribúyelas sobre la masa brisa pre-horneada.
Bate el huevo, mézclalo con la nata, agrega la mezcla al molde y reparte la cantidad de verduras.
Por último, añade el queso emmental.
Hornea unos 20 minutos. Para saber que la quiche está en su punto solo tienes que pincharla con un cuchillo. Si sale limpio, sin restos de la mezcla, es momento de cortar la temperatura y sacar el molde del horno.
Déjala enfriar una hora antes de meterla en la nevera.