La Cata del Barrio de la Estación, la fiesta del vino más bonita del mundo
Día grande en Haro, donde se celebra la fiesta del vino más bonita, y donde no hay más estruendo que el descorchar de las botellas
En 2015, la asociación de bodegueros de El Barrio de la Estación puso en marcha esta iniciativa para generar una epifanía entre aficionados y productores
CVNE, Gómez Cruzado, La Rioja Alta, Bodegas Bilbaínas, Muga y Roda son los anfitriones
En La Rioja hay que quitarse el reloj y andar sin prisa, dejarse envolver por el aire, por el paisaje, por la hospitalidad de sus gentes. La Rioja es hermosa en cualquier estación, en cualesquiera de sus momentos: poda, purga, floración o vendimia. Y dentro de La Rioja, Haro es el lugar indicado para el vino, por aquí andamos hoy en un día grande, en una de esas citas que se señalan con tiempo en el calendario, en la fiesta del vino más bonita que conozco: La Cata del Barrio de la Estación.
Decía Álvaro Cunqueiro que una fiesta no comenzaba hasta que no se escuchaba el estruendo de un cohete. Hoy aquí no habrá fuegos de palenque pero sí fiesta, esta tan singular, y no habrá más estruendo que el descorchar de las botellas que encenderán la mecha de la alegría cuatro años después de un indeseado silencio.
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En 2015, la asociación de bodegueros de El Barrio de la Estación decidió poner en marcha esta manera de celebrar el vino: cada dos años, abrir de par en par las puertas de sus recintos, maridarlos con la gastronomía, complementarlos con actividades, vestir de domingo el entorno, generar una epifanía entre aficionados y productores. Este año la edición tiene un color especial ya que la pandemia obligó a La Cata del Barrio de la Estación a suspender su actividad presencial desde el año 2018. Hoy hemos venido, cuatro años después, dispuestos a celebrar lo que tanto hemos esperado.
Este Palabra de Vino de hoy tendrá dos escenarios: el primero el ferroviario, con el Maquinista de La Cata de este año, Pitu Roca, el mejor sumiller del mundo, el mejor maquinista de la general, un inmejorable jefe de expedición, de una sabiduría inalcanzable. Anoche en la Marquesina de Bodegas Bilbaínas impartió una lección magistral: el vino desde el campo hasta la uva, hasta el momento emocionante de la copa. Y la botella, portadora del mensaje, de gotas para el alma. Vinos excepcionales que han ido dejando huella y recados de su tiempo. Al habla con Pitu para poder continuar charlando de lo que más le gusta. ¿En qué piensa cuando está por aquí, en este lugar de Haro? “En el valor del tiempo -precisa-, en la filoxera humana. Del tren de la revolución industrial al tren de la biodiversidad. Un viaje desde estas geografías por los grandes años benignos, 1970, 1973, 1985, 2009, de cuando el calor era una bendición hasta llegar al 2003. De la añada extrema por calor a la fría 2013.
El tren de la sostenibilidad está en marcha, con sus proyectos, inspiraciones y reflexiones. La filoxera humana ha modificado el paisaje. Pienso en un debate abierto sobre la adaptación al clima y los nuevos retos en el viñedo, en el vino, en el barrio. En un viaje desde el hedonismo a la consciencia.
Y pensé en finalizar el viaje en la vía dulce: con un mosto del 2019, junto a un vino del mismo mosto. Y una gota del elixir del 1939 que eleva el vino a la poesía vínica. Un canto a la mirada matriarcal donde la dulzura es cura, valentía y energía; y la acidez incisiva un recuerdo de guerras sin victorias”.
Cuanta belleza en la enseñanza, en esa geometría variable del conocimiento al servicio de quien escucha y atiende. Palabras para ordenar el mundo.
De bodega en bodega
“- ¿Qué hace usted por aquí?
- Pasear.
- ¿Pasear?
- Sí, pasear por las nubes.”
(Diálogo de la película “Un paseo por las nubes”. Alfonso Arau 1995).
El Barrio de la Estación es un pequeño trazado urbano de edificios centenarios y modernos que rodean el trayecto ferroviario. La mayor concentración de bodegas centenarias del mundo. El vino es su seña de identidad, su razón de ser y su alma.
En el segundo de los escenarios del Palabra de Vino de hoy aparecerán, al modo artúrico, los representantes de las seis bodegas participantes cual damas o caballeros de la tabla redonda de La Rioja. María Urrutia es directora de marketing y consejera de las Bodegas CVNE, y además la presidenta de la edición de La Cata de este año. Le correspondía serlo en la de hace un par de años, que no pudo celebrarse por la pandemia. Mantendrá esta presidencia hasta dar el relevo a Manu Muga, de Bodegas Muga, que será el próximo.
María conserva la tradición bodeguera que iniciaron sus tatarabuelos a finales del siglo XIX. El vino y sus enseñanzas escritas sobre sus vidas.
Nuestra conversación arranca poniendo el termómetro sobre lo que supone volver a encontrarse con el público después de cuatro años: “Una grandísima alegría -me responde mientras se abre ampliamente su sonrisa- el poder abrir el Barrio de nuevo a una fiesta que ya echábamos de menos después de todo este tiempo. Una fiesta única en el mundo.
Seis grandes bodegas en un barrio también único donde andando se puede llegar a visitar y a conocer a cualesquiera de las seis. Vinos totalmente distintos, de diferentes aspectos, cualidades. Aprender de nuestra cultura vinícola. Volver a recibir a la gente, verla pasear por el barrio, respirar, brindar… Nos hace muchísima ilusión poder reencontrarnos después de haber esperado cuatro años con mucha incertidumbre, sin saber si íbamos a poder volver a celebrarlo de nuevo”.
Hoy los abrazos encienden la dicha después de la espera. Palpitan los recuerdos en este esperado reencuentro, las conversaciones nacen de manera espontánea para repasar lo vivido, para ponerse al día.
Le pregunto a María qué esperan de este día festivo: “La esperanza es volver a poner al Barrio de la Estación en el mapa, ubicarlo para la gente, recordarles que nuestra historia nace en 1870 más o menos y que quienes no la conozcan tengan la oportunidad de hacerlo, que sepan que tras la fiesta de hoy el barrio sigue abierto todo el año y que aquí estamos para recibir a todo el mundo que quiera y nos quiera venir a ver. Que la gente disfrute hoy de la fiesta y de nuestros vinos”.
CVNE tiene una nave de barricas única, con un techado que lleva la firma de Eiffel, ideada y construida a principios del siglo XX. En su recorrido el visitante podrá disfrutar de sus vinos y de la gastronomía del Restaurante Serbal (1 estrella Michelin, 1 sol Repsol) de Rafael Prieto, que ofrece su Bocado de Cantabria: Tosta de maíz, roast beef de vaca Tudanca, mostaza, crema de quesuco, encurtidos y anchoa.
Además cada bodega despliega una actividad de la que podrán disfrutar los visitantes. Esta será la de CVNE: “Los vinos a degustar serán dos de nuestros buques insignia: Imperial Reserva 2017 y Monopole Clásico 2018, un tinto y un blanco muy característicos de la zona, puntualiza María. Ofrecemos además una exposición de arte, “Ensoñación de la materia”, de Pablo Palazuelo, en la que se fusionarán esculturas y pinturas del artista. Desde CVNE siempre hemos creído que el arte y el vino tienen muchas semejanzas en lo artesanal y en que ambos son productos para disfrutar”.
En su soneto, decía Borges: “Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia”
En la Bodega Gómez Cruzado va cantando la tierra de vid en vid. Aquí está el tiempo gozoso del vino silente en espera de su copa. Quien interviene en la charla es David González Marcos, enólogo, que se pronuncia así sobre la celebración de este año: "Es muy emocionante, nos hace mucha ilusión porque realmente hemos ido viendo cómo este evento -que no había tenido muchas ediciones, ni una historia muy larga- se ha ido consolidando como una referencia nacional, y hemos visto cómo la gente aguardaba con mucho interés por las entradas. Había muchas ganas. Es muy bonito para el mundo del vino poder celebrar una reunión de estas características, de estar tan cerca del público de manera celebrativa. Nos han emocionado su respuesta y su interés”.
La gente camina, deambula, bebe, charla, disfruta, convierte en hermoso este momento de comunión entre bodegas y aficionados. Es la fiesta bonita: “Estoy completamente de acuerdo -prosigue David-. Hay otras, hemos estado en otras, pero están más dirigidas al mundo profesional, no como esta, que está muy pensada por y para el consumidor de a pie y esto le da un rasgo de singularidad. Sin duda es el mejor evento en torno al vino que hay en España”.
En el transcurso de esta breve charla con David quiero saber qué supone para ellos estar en el Barrio de la Estación: “Es como un Disneylandia del mundo del vino, es un lugar muy especial. Me acuerdo que cuando estaba iniciándome en este sector como enólogo, aun no se hacía La Cata del Barrio de la Estación pero ya veías que era un sitio mágico. ¡Y lo que imponen las bodegas de aquí! Es un lugar con una respiración distinta. Nuestra bodega es quizá la menos conocida, pero ir de la mano de tanta historia es un motivo de orgullo, para Gómez Cruzado es muy relevante decir que estamos en el Barrio de la Estación, en el corazón de una marca”.
Los vinos que hoy beberemos en esta bodega son también dos de sus estandartes: Montes Obarenes 2018, un blanco elaborado con tempranillo blanco y viura, y Honorable 2017, un tinto elaborado a partir de los viñedos más antiguos de esta bodega. La compañía gastronómica la pondrá el restaurante logroñés Íkaro (1 estrella Michelin, 2 soles Repsol), de cocina muy personal, detallista y muy pendiente del producto de temporada; Carolina Sánchez e Iñaki Murua elaborarán unas pochas con pato: “Como bien dices, Manolo -continúa David-, cada bodega organiza una actividad fuera de lo gastronómico, nosotros otros años hicimos algo relacionado con la pintura para hacer un mural pero este año teníamos todos tantas ganas de fiesta que hemos decidido traer a un dj para tener un ambiente musical. Así que puertas abiertas y muchas ganas de disfrutar”.
Decía Schopenhauer que “la arquitectura es la música sólida, mientras el vino es la música líquida”.
Guillermo Aranzábal, presidente de Bodegas La Rioja Alta, tiene ese aire de haber salido de la historia sin perderle la cara al porvenir. Dice haberse sentido atraído por los negocios desde niño y tiene en el conversar el porte amable de la cordialidad y la cercanía. Llegó a la bodega hace 35 años y desde el 2005 la preside. También con él la conversación empieza por este retomar de la fiesta: “Esperamos que se consoliden La Cata del Barrio de la Estación y la Asociación de Bodegas a nivel también internacional, que la gente siga teniéndolo como un punto de destino enológico en su calendario de actividades de todo el año”.
Esta fiesta es una creación de instantes, de una evidente armonía entre vino y personas. Hoy es un día de días en los que uno aprende, disfruta, goza de la vida. Es la gran fiesta del vino: “La más importante - subraya Guillermo- y quizá la única con esta filosofía. Hay otras fiestas también enológicas pero lo de ir visitando bodegas, probando sus mejores vinos con gastronomía asociada, música, el barrio cerrado para los visitantes… Creo que eso la hace sin duda la mejor, la única”.
“El Barrio de la Estación -continúa- es la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo. Un lugar magníficamente ubicado y desde el punto de vista de imagen es único también en el mundo. Es tan importante que nosotros adquirimos hace unos años las Bodegas Rioja Santiago, que están también aquí en el barrio, lo que pasa es que no les hemos dado contenido hasta ahora, es una asignatura pendiente que tenemos, pero será con toda seguridad una apuesta futura”.
En mi opinión el enoturismo genera afectos cercanos, proximidad y empatía. Le pregunto cuánto de sustancial es esto para ellos: “Pues creo que fuimos la primera bodega de España que empezó con visitas, con tienda en bodega, con comidas y actividades para turistas, lo hicimos influenciados por lo que habíamos visto en Napa, donde copiamos algunas cosas y las empezamos a implementar aquí. Francia es más cerrada en este aspecto.
Para nosotros es básico, es muy importante para nuestras ventas al consumidor final, tanto a través de las directas como las de nuestro club de cosecheros, es un porcentaje muy importante que no solo lo es económicamente sino que crea una fidelidad y una identificación entre consumidor y bodega enorme. Vamos a seguir potenciándolo”.
Los vinos que ofrece hoy Rioja Alta son Viña Ardanza 2015 y Viña Arana Gran Reserva 2015 acompañados por la cocina de Delicius Gastronomía, un catering logroñés con más de 15 años de experiencia que servirá un platillo de paella de carne con verduras de la huerta.
Y además de ello la actividad añadida será “la trasiega”: “Siempre nos hemos decantado por esta actividad porque es algo que nos diferencia de otras bodegas. La trasiega es el paso del vino de una barrica donde ha estado seis meses a otra barrica ya limpia para poder controlar la calidad, oxigenar el vino y limpiar de forma natural los sedimentos”.
En el "Fausto", Goethe decía que “España es el bello país del vino y las canciones”, pienso lo mismo para este preciso momento en el Barrio de la Estación.
Mayte Calvo, la directora técnica de Bodegas Bilbaínas, nació en La Rioja occidental, en Ezcaray. Apasionada de la enología, predica con la enseñanza de que el vino hay que entenderlo desde el viñedo y maximizar lo que la naturaleza otorga. “La cultura es cosechar y dar”, decía Machado.
Esto es lo que Mayte espera del día: “El objetivo principal de este día de celebración para nosotros es volver a poner en valor los pilares fundamentales de esta casa, que son el saber hacer espumosos dando a degustar nuestro Lumen Reserva 2018 (el primer espumoso de la DOCa Rioja) y nuestro Viña Pomal Gran Reserva 2014, que son dos de los pilares, de las formas de elaborar que se han hecho en esta casa desde principios del siglo XX”. Hoy a estos emblemáticos vinos les acompañará la cocina Nublo, la flamante estrella Michelin de Haro de Miguel Caño, Dani Lasa, Llorenç Sagarra y Caio Barcellos, que prepararán una tosta de pecho de cerda marinada y brotes verdes.
Bodegas Bilbaínas está justo al lado de las vías del tren y sus comidas le han dado cierta celebridad: “Son divertidas, dinámicas -puntualiza Mayte- y además nosotros gozamos de espacios abiertos, al aire libre, con unos jardines que invitan a disfrutar del vino y la gastronomía en un ambiente relajado y ese es el punto fuerte para la gente que viene a visitarnos, que saben que este es un sitio donde no solamente se disfruta de la cultura del vino sino también de espacios perfectos”.
El Barrio de la Estación rezuma una magia estampada en su arquitectura: los años que ya son siglos, el romanticismo del ferrocarril y el misterio del vino serpentean por sus calles, atraviesan pasillos, suben escaleras. El trabajo sin más. Hoy volvemos a esa llamada que Mayte hace así: “Para todas las personas que se consideren amantes del vino esta cita es ineludible para vivir este día de fiesta, para vivir el vino en su máxima expresión de vinos de calidad con el prestigio y renombre. Y a los que están comenzando en este mundo les diría que esta es una perfecta inmersión, un bautismo enológico que les va a marcar durante tiempo en sus vidas; para saber que referencias de vinos son las que realmente les tienen que acompañar en los momentos importantes de celebración y agasajo”.
Manu Muga, vicepresidente de las bodegas que denominan su apellido, pertenece a una dinastía familiar que lleva cinco generaciones de viticultura en su historia. A Manu una buena comida y un buen vino le alegran el día. Habla siempre de emprender, adaptarse a los tiempos y del cuidado del equipo humano. Maneja el sentido común y el práctico a partes iguales. Sobresaliente en amabilidad, habla así del día de hoy: “Por nuestro trabajo estamos obligados a viajar mucho, a conocer otras zonas vinícolas y hasta comentándolo con colegas de otros países, eventos como este, con el nivel que hemos alcanzado, son muy difíciles de encontrar; desde luego no en Europa, quizá en Estados Unidos se pueda encontrar algo parecido.
El habernos asociado las bodegas que estamos aquí, en esta zona de Haro, denota que hay buena sintonía, todas tenemos un gran nivel y una extraordinaria reputación nacional e internacional, quizá tengamos que mejorar algunos puntos en este plano internacional de cara al futuro, internacionalizar un poquito más La Cata, pero es un exitazo reunir a toda la gente que hoy viene por aquí.
Aunque no es bonito hablar de dinero, pero con lo que hay que pagar, invertir en ese tique yo creo que está más que justificado por los vinos, la gastronomía, el ambiente, la música, por todo. Creo que sí se justifica de sobra, pero insisto que esto de reunir este nivel de bodegas y de chefs es un lujazo, una maravilla”.
El Barrio de la Estación debiera ser declarado tesoro nacional, La Cata es una clara promesa de disfrute, Manu también se muestra convencido de ello: “Así se ha demostrado por ediciones anteriores en las que la gente se fue con muy buen sabor de boca, muy contenta; prueba de ello es la enorme demanda de entradas que hemos tenido este año, se han agotado enseguida. Estamos convencidos que después de cuatro años la gente vendrá con muchas ganas de pasárselo bien y solo espero que todos los elementos acompañen para redondear la fiesta”.
Bodegas Muga ofrece hoy a sus visitantes dos de sus vinos: Flor de Muga Rosado 2021 y Prado Enea Gran Reserva 2014 en formato magnum que acompañaran la oferta gastronómica de un chef de referencia burgalés, Miguel Cobo (“Cobo Estratos”) que ofrece un plato de clorofila, salmón y pesto fresco. “Además -me indica Manu- ofreceremos la posibilidad de ver el trabajo que hacemos en nuestra tonelería, una de las peculiaridades de nuestra bodega es tener todo el proceso de elaboración de nuestros tintos en roble y eso nos obliga de alguna manera a tener una tonelería propia que es algo distinto, único. Por tanto, lo que vamos a ofrecer ese día es que la gente pueda ver y disfrutar cómo trabajan nuestros toneleros a la hora de tener que elaborar una barrica, cómo se hace el montaje de las duelas, cómo se hace la loma, el tostado, etc. Es algo, creo, muy atractivo”.
El Ebro es el río más largo y caudaloso de España, el eje que vertebra esta tierra, que históricamente ha marcado los límites de este territorio, fue frontera en otros tiempos. Sus aguas se enriquecen con las aportaciones de sus afluentes como el Oca, el Oja, el Najerilla, el Iregua o el Ega, esta sinfonía de aguas convierte a este valle en un compendio de belleza inigualable.
Agustín Santolaya es el director general de las Bodegas Roda y un profeta de este río y de esta tierra. No pierde nunca de vista los viñedos consciente de que en ellos se define el carácter de sus vinos. Tiene el don de lo didáctico, de la enseñanza, de mostrar esta tierra como no lo hace nadie. Agustín también habla del día de hoy: “Las circunstancias nos han hecho esperar pero la verdad es que impresiona saber que desde hace mes y medio hemos colgado el cartel de entradas agotadas, esto nos da una idea de lo solicitado que esta el evento y también la temperatura de su compromiso. Es un verdadero festival lo que hoy se organiza aquí. Había muchas ganas de encontrarse y mucho reconocimiento”.
“Esta es una fiesta grande por varias razones: la primera es que no tiene tanto sentido comercial como pueden ser las Premiere de Burdeos donde se va a catar para comprar. Lo segundo es la proximidad de las bodegas porque en otros sitios has de desplazarte en coche de un lugar a otro y aquí estás en un barrio peatonalizado al que llega el tren desde Logroño y autobuses desde todos los lados, y por tanto puedes disfrutar de la oferta paseando. Hay otro factor importante, que es como una muestra colaborativa entre colegas competidores que nos unimos para disfrutar juntos, esto tiene también ese concepto de hacia dónde debemos ir, que la competencia según la entendemos es dándonos cuenta que juntos somos mucho más y que actuando así hacemos disfrutar mucho a la gente. Es una gozada compartir, salir de una bodega a otra… Eso lo hace diferente y grande”.
Roda 2018 y Roda I 2017 son los vinos a probar en la bodega, acompañados por la cocina de los Echapresto de la Venta Moncalvillo (1 estrella Michelin, 2 soles Repsol), que servirán un bacalao confitado con salsa riojana. Como actividad añadida este año en Roda han cambiado las zonas por las que se pasaba: “Hemos hecho un itinerario mezclando -señala Agustín- lo que es el vino, la arquitectura, la nueva sala de fermentación en la que hay mucho trabajo hecho sobre sostenibilidad, la descarbonización, y un paseo a través del río Ebro viendo la flora natura,l y cuando llegamos al colmado del siglo XIX pues habrá una proyección sobre la botánica de la primavera en el meandro de Tondón, será como meter la viña y estos detalles de las plantas dentro de la bodega”.
Los más golosos podrán culminar la ceremonia gastronómica en el centro del parking con el premio nacional de gastronomía Juan Ángel Rodrigálvarez de Kankel Cacao y su mouse suave de chocolate “bearn to Bar” sobre bizcocho de chocolate sin harina con pepita de Cacao Origen Perú, dados de fresa natural y trufa de vino tempranillo. Ahí es nada.
Siempre he creído que el vino era una patria de una geografía líquida y el Barrio de la Estación, su meca que hay que venir a visitar con la frecuencia que exige el deber ciudadano.
Despido a mis contertulios de hoy agradeciéndoles este discurso coral y festivo, renovando el compromiso de volver a la próxima Cata, a este espacio de huellas centenarias, de ferrocarril y piedra, a este brotar de habitantes adheridos a la alegría de vivir, a ese “abrazo hasta el fin que nunca afloja”, como lo describía el poeta Claudio Rodríguez.
Palabra de Vino.