Durante años, uno de los principales problemas de los coches eléctricos, si no el más importante, ha sido su autonomía, que restringía su uso a trayectos más o menos cortos o medianos y que hacía imposible viajar con estos vehículos.

La constante mejora de la tecnología de las baterías de estos vehículos ha ido solventando este problema y, ahora, es fácil encontrar coches eléctricos de precio medio con entre 350 y 480 kilómetros de autonomía.

Pero tan importante como la autonomía de un coche eléctrico es la capacidad de recarga de su batería ya que, cuanto mayor sea esta, el coche podrá recuperar energía más rápidamente... siempre que se le conecte a un cargador de corriente continua con potencia de carga suficiente

En esta cuestión, la referencia actual es Tesla, que con la versión V4 de sus supercargadores puede recargar sus vehículos hasta 350 kW, pero que a lo largo de este año ofrecerán cargas de hasta 500 kW. Puesto en perspectiva, recargar a 350 kW supone que la batería de un SUV eléctrico medio, que ronda los 60 kWh de capacidad, podría ser cargada de 0 a 100 en apenas 10 minutos.

Pero claro, muy pocas baterías comerciales suportan esa capacidad de recarga -el estándar que se empieza a imponer son 100 kW-y, entre los mejores coches en ese aspecto se encuentra, por ejemplo, el Porsche Taycan, que puede recargar a un máximo de 320 kW.

Hemos visto que la capacidad de recarga no incide directamente en los kilómetros que podamos recorrer con un coche eléctrico, pero si influye de forma determinante en su velocidad de recarga o, lo que es lo mismo, en cuánto tiempo tengamos que esperar a que un eléctrico cargue su batería.

Y en el mercado de los coches eléctricos, una vieja aspiración es lograr una potencia de recarga tal que cargar una batería de potencia estándar resultará tan rápido como que un coche con motor térmico reposte combustible.

Ahora, la marca china BYD, creada en 1995 y que ya es el primer productor mundial de coches eléctricos e híbridos enchufables, ha logrado este objetivo. Y lo ha hecho al presentar una nueva plataforma para coches eléctricos que, denominada Super e-Platform, cuenta con una velocidad de recarga de 1.000 kW: la más alta lograda jamás para coches eléctricos producidos en serie.

Ese aumento en la velocidad de recarga supone que el coche pueda recibir energía mucho más rápidamente y, por tanto, pueda reducir notablemente sus tiempos de recarga.

No en vano y durante la presentación de esta tecnología en Shenzhen, China; Wang Chuanfu, el presidente y director general del Grupo BYD, aseguró que está velocidad de recarga acabará con la ansiedad por la carga -o, lo que es lo mismo, el miedo a quedarse sin energía- que aún sufren muchos usuarios de coches eléctricos.

“Para eliminar por completo la ansiedad por la carga de algunos usuarios, nuestro objetivo es hacer que la carga de los vehículos eléctricos sea tan rápida como repostar un coche de gasolina, logrando la paridad combustible-electricidad en cuanto a velocidad de carga", declaró el máximo dirigente de BYD.

La nueva plataforma de BYD equipa asimismo un motor eléctrico de nuevo desarrollo y capaz de funcionar hasta a 30.000 rpm de régimen de giro -una nueva referencia entre los vehículos producidos en serie-, que ofrece una potencia de 580 kW/789 CV.

Según los planes de BYD, por ahora sólo dos modelos destinados en principio al mercado chino -la berlina Hang y el SUV Tang L- serán construidos sobre este nuevo plataforma y recibirán el citado motor, que entre otras cuestiones, les permitirá alcanzar una velocidad máxima de más de 300 km/h.

Pero, para que la paridad de tiempos a la hora de recargar un eléctrico y repostar un coche con motor de combustión sea realidad, un elemento imprescindible es la existencia de puntos de recarga que puedan ofrecer esa potencia de carga que exige la nueva plataforma de BYD.

Dicho... y hecho. En el mismo acto de presentación de la nueva plataforma, la compañía china anunciaba que habían desarrollado el primer terminal de recarga ultra rápida con refrigeración líquida, que es capaz de ofrecer una potencia máxima de recarga de 1.360 kW.

Y los planes de BYD para estos terminales no son precisamente poco ambiciosos. De cara al futuro, esta compañía china pretende crear una red de recarga ultra rápida en su país que contará con más de 4.000 de estos terminales; pero de la que, hasta el momento, no ha confirmado que existan planes para crear redes similares en otros países.

Pero lo más interesante es que, además, los ingenieros de esta empresa han creado asimismo lo que denominan una tecnología de “carga dual”, que permite actualizar de forma inmediata los cargadores rápidos y súper rápidos a cargadores ultra rápidos.

La situación de los puntos de recarga para coches eléctricos en nuestro país es muy mejorable, y está muy por debajo de la de otros países europeos, como Noruega o Portugal, y a años luz de la realidad ya existente en China. Un país, eso sí, en el que, en 2025, ya se venderán más coches eléctricos que modelos equipados con motores de combustión

Tanto es así que un informe presentado en las últimas semanas señala que, a finales del año pasado, en España circulaba ya cerca de 420.000 vehículos eléctricos, mientras que en nuestro territorio ya existían aproximadamente unos 39.000 puntos de recarga de acceso público, ya fueran de carga lenta o rápida.

Sin embargo, según este informe, esto no es suficiente, ni mucho menos. Y este estudio concluye que en España necesitaríamos la creación de 19.300 puntos de recarga ultra rápida -aquellos que ofrecen una potencia de 150 kW o más- para que la experiencia de recargar un coche eléctrico sea compatible, por tiempo y confort, a la de repostar un coche con motor de combustión.

Algo que en nuestro país millones de conductores hacen cada día en las más de 12.600 gasolineras que existen en nuestras carreteras.

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