Sufrir un accidente de tráfico ya es, de por sí, una situación complicada tanto a nivel legal como personal. Pero es una circunstancia aún más grave en el caso de que el conductor del vehículo no disponga de carnet de conducir. Este escenario, además de ser una situación ilegal, tiene consecuencias legales, económicas y sociales que pueden ser devastadoras para los implicados en este desdichado evento.

En España, conducir sin carnet no es una simple infracción administrativa; está tipificado como delito en el Código Penal. Según el artículo 384, ponerse al volante sin la correspondiente licencia puede acarrear penas de prisión de 3 a 6 meses, multa de 12 a 24 meses, cuya cantidad diaria queda determinada en función de los ingresos del infractor, e incluso trabajos para la comunidad de 31 a 90 días. 

Además, la inmovilización del vehículo es inmediata y el conductor puede enfrentarse a procesos judiciales que complican aún más la situación. Estas medidas buscan reforzar la seguridad vial y garantizar que los conductores estén capacitados para circular por las carreteras. Y esto, teniendo en cuenta las penas solo de ponerse al volante, sin necesidad de cometer infracciones o provocar accidentes de circulación.

En el caso de que un conductor sin carnet se vea implicado en un accidente, las responsabilidades legales y económicas se multiplican por varios factores. En primer lugar, hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos, las aseguradoras anulan la cobertura si el conductor no tiene licencia en vigor. Esto implica que la persona deberá asumir personalmente los costes de reparación de los vehículos, daños materiales y las  posibles indemnizaciones a las víctimas.

Bien es cierto que, en un primer momento, las aseguradoras tienen que cubrir estos gastos por ley, pero el hecho de no tener carnet permite a estas compañías reclamar el importe al infractor, dado que la responsabilidad final se considera de parte de este.

Estos costes pueden llegar a ascender a miles de euros, sobre todo en los casos en los que haya lesiones graves o pérdidas humanas. Esto puede derivar en la ruina económica del infractor. Habría también que añadir le hecho de que si el accidente resulta en lesiones graves o fallecimiento, el conductor se enfrenta a penas aún mayores, como mayores periodos de prisión o multas económicas superiores. Además, puede ser inhabilitado para conseguir el carnet durante años.

Un ejemplo de esto se pudo ver en Madrid en 2022, cuando una conductora sin carnet y bajo los efectos del alcohol y de sustancias psicotrópicas atropelló mortalmente a dos mujeres. Fue condenada a tres años y medio de prisión. 

Además de las consecuencias legales, conducir sin carnet también puede tener un impacto negativo en la vida social y económica del infractor, al suponer un marca en el historial delictivo del infractor, lo que puede limitar sus oportunidades laborales y afectar su reputación personal. 

En términos monetarios, entre indemnizaciones, multas y honorarios legales, los gastos pueden superar fácilmente los 50.000 euros, dependiendo de la gravedad del accidente.

Según la Dirección General de Tráfico (DGT), aproximadamente un 2% de los accidentes graves en España involucran a conductores sin carnet. Esto pone en relieve la importancia de la educación vial y las campañas de concienciación. Entidades como la Fundación Línea Directa y asociaciones de víctimas de accidentes promueven iniciativas para informar sobre las consecuencias de estas conductas.

Conducir sin carnet no solo es un acto irresponsable, sino también un delito con graves repercusiones legales, económicas y personales. La obtención de una licencia no es solo un requisito legal, sino una garantía de que el conductor cuenta con los conocimientos y habilidades necesarios para circular de manera segura.