Emilio Ortiz, además de historiador, es un fiel defensor de los animales. Se quedó ciego en su adolescencia y, desde entonces, no ha dejado de escribir y de compartir sus aprendizajes con sus perros guía, sus compañeros de vida. Al descubrir el sistema braille, retomó su afición por escribir y leer, actividades en las que profundizó, ya siendo adulto, tras aprender a manejar ordenadores y dispositivos móviles con software adaptado para ciegos.

Desde 2016, con la publicación de su primer libro, ‘A través de mis pequeños ojos’ (con la que lleva más de 100.000 ejemplares vendidos), es considerado uno de los principales referentes en España y América en cuanto a la lucha de los derechos de los animales se refiere. Sus trabajos cuentan siempre con una carga crítica que, a través de la mirada de sus personajes, cuestiona en profundidad el estilo de vida del ser humano actual.

Recientemente ha publicado su primer cuento infantil, ‘Cross y Darío’ (editorial Beascoa), que narra la historia de un niño, Darío, y de su cachorro y perro guía, Cross. Se trata, eso sí, de su propia historia, o por lo menos de parte de ella, porque Cross está inspirado en su perro Spock, su primer perro guía, un Golden Retriever. 

En la web de Informativos Telecinco charlamos con él para resolver algunas de las principales cuestiones acerca de los perros guía como, por ejemplo, cómo comportarnos cuando los vemos en la calle, los cuidados que necesitan, cómo se escogen los más adecuados, qué razas suelen ser, etc. 

Recientemente, hemos conocido una iniciativa de la Fundación ONCE que busca familias comprometidas para educar a los perros guía que ayudará a mejor autonomía a personas ciegas. ¿Cómo deben ser estos perros y qué entrenamiento deben llevar? ¿Es sencillo entrenar a un cachorro guía? 

Para empezar existen muchas razas, y muchas de ellas serían aptas para ser perros guías, sin embargo, los expertos aseguran que existen dos que son especialmente buenas para acompañar a personas ciegas. Los Golden Retriever y los labradores son los favoritos, también está empezando a introducirse el Labraniche, cruce de labrador retriever y poodle estándar. Estas tres razas son bastante obedientes, inteligentes y tranquilas.

Según explica Emilio Ortiz, las características o virtudes que debe tener un perro guía, además de las citadas anteriormente, son “la capacidad resolutiva a la hora de afrontar un peligro, fuerza, que sepan administrar su propia potencia, sentido de la orientación, que sean perros que disfruten guiando. Esto último, en mi humilde opinión, es necesario. Yo siempre hago que mis perros guía se tomen el trabajo como un juego. Si un perro no disfruta guiando, aumentarán las posibilidades de que tenga un descuido y, por ende, habrá más riesgo de sufrir un accidente”.

Él mismo nos cuenta que existe un concepto que los adiestradores llaman “desobediencia inteligente” que consiste en que el perro anteponga su propia seguridad y la del invidente a la obediencia. “Los perros guía están enseñados para recibir órdenes de sus compañeros humanos, pero si por ejemplo el invidente le está ordenando que gire a la derecha y en esa dirección hay un peligro, una zanja, un agujero, una piedra, el perro va a desobedecer por completo y no cederá ante ninguna presión. Si el perro no tiene interiorizado este concepto porque es demasiado sumiso, es un peligro evidente”.

Muchas veces sentimos la necesidad de tocar a los perros que vemos en la calle, mucho más si son cachorros o muy bonitos. Y es normal, pero cuando se trata de perros guía tenemos que evitar ciertos comportamientos, como, por ejemplo, darles de comer o intentar ayudarles a ambos dándoles instrucciones ya que crean confusión en el perro.

“Tampoco se le debe entretener mientras esté guiando o tocar el arnés o correa. Me he encontrado con gente que con la mejor de las intenciones intentan ponerle el arnés para hacerme un favor, sobre todo taxistas, pero han de saber que es muy peligroso ya que se podría descuidar y escaparse o sufrir un atropello”, explica Emilio Ortiz.

Así pues, la mejor manera de ayudar o colaborar si vemos a un perro guía es dejando que sea el invidente quien tenga en todo caso la iniciativa. Y si somos nosotros quienes también vamos con un perro, el escritor lo tiene claro: “Si el ciego deja que su perro guía salude o juegue con los demás, es porque sabe que no hay ningún peligro y, por tanto, la otra persona y su perro podrían actuar con toda naturalidad”.

¿Qué pasa cuando un perro guía pierde facultades por la edad? Pues bien, como cualquier trabajador también tienen jubilación. “Conocí en EE.UU. a un señor de 96 años que estaba esperando su décimo perro guía. El hombre estaba fuerte, bastante bien de salud y podía tener un perro perfectamente. Imagino que le adjudicaron un perro tranquilo, que no tirase con demasiada fuerza y que no caminase deprisa. En el caso de ellos como decía, el perro se jubila cuando pierde facultades, vista, oído, orientación, etc. Spock, mi primer perro, se jubiló con diez años, estuvo conmigo hasta el final, murió un año después. Hay personas que no se los quedan, los devuelven y las escuelas se hacen cargo de ellos. Sin ánimo de juzgar a nadie, yo jamás haría eso. Opino que ellos nos han dado mucho y pase lo que pase, debemos estar juntos hasta el final”. 

De hecho, la Fundación ONCE también tiene perros jubilados en adopción, desde su página web se puede acceder a esta información. Se trata de perros, como explica Emilio, que suelen quedarse hasta el final con la persona ciega, pero hay casos en los que no es posible por eso se les busca una buena familia para que los cuide en su última etapa.

Los perros guías son perros que deben estar bien cuidados y alimentados, pero como cualquier otro perro, es cierto que deben estar con un buen peso, por lo que la actividad tiene que ser constante y diaria. Uno de los factores de los que sí que hablan los expertos es de la higiene, al ser perros que acompañan a personas a cualquier lugar, ya sea un museo, hospital, etc., deben estar muy limpios. 

En España el marco legislativo que los regula garantiza, precisamente, su acceso universal tanto a lugares públicos como privados. Además es igual en todas las Comunidades Autónomas, aunque tengan su propia ley de Perros de Asistencia. 

Tal y como explica la ONCE estos perros, por supuesto, tienen que estar desparasitados, vacunados y deben visitar al veterinario habitualmente para que les haga chequeos de salud.

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