La importancia de detectar a tiempo la artrosis en los perros: no solo aparece en los animales mayores

La artrosis es una enfermedad que provoca dolor y degeneración progresiva en las articulaciones y que afecta gravemente a la calidad de vida de los perros, tal y como la define la compañía farmacéutica estadounidense Zoetis. Al ser una patología que progresa lentamente, sus síntomas suelen ser difíciles de reconocer y, por eso, los propietarios deben aprender a identificar las señales que transmiten las mascotas a través de su comportamiento y su actividad física.

La clave está en examinar no sólo a los perros más mayores o con sobrepeso, en los que los dueños pueden imaginarse ya este tipo de dolencias; pues, según la misma farmacéutica, la artrosis puede afectar "a individuos de todos los tamaños, edades y razas". Muchos casos no se diagnostican porque los propietarios creen que la disminución de la movilidad es algo normal a medida que los perros cumplen años pero, ni los jóvenes ni los viejos deben sufrir los dolores de la artrosis, sea cual sea su edad.

Los signos de la artrosis y la osteoartritis en los perros

Por tanto, es importante aprender a reconocer los signos de la artrosis y la osteoartritis en nuestras mascotas y buscar asesoramiento veterinario para proporcionarles el alivio del dolor y la calidad de vida que se merecen. Los dueños deben fijarse en: si el perro cojea después de hacer ejercicio, se queda atrás o es más lento en los paseos de lo normal, le cuesta levantarse por sí mismo, tiene dificultad para saltar, tiene rigidez en su cuerpo o dificultad para subir y bajar escaleras. Zoetis recuerda también otros factores a tener en cuenta como previa al diagnóstico:

  • El dolor de la artrosis a menudo se produce por displasia de cadera u otro tipo de condiciones físicas.
  • El exceso de peso contribuye a menudo a desarrollar la artrosis y empeorarla
  • Los perros envejecen más rápido que los humanos y el dolor debido a la artrosis les afectará mucho antes de lo que normalmente se reconoce (sobre todo en los perros pequeños, en los que se aprecia con mayor dificultad).
  • Tanto los perros grandes como los pequeños deben ser evaluados pues, aunque no se puede detener la enfermedad, los fármacos pueden aliviar el dolor, ayudar a mantener los músculos y controlar el peso de los animales.

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