Las mascotas cada día son un miembro más importante en la familia y su cuidado cada vez preocupa más. En este escenario, los veterinarios desempeñan un papel importante. Sin embargo, estos profesionales no solo cuidan de nuestros animales, sino que también enfrentan desafíos emocionales y psicológicos significativos en su trabajo diario, como la eutanasia.
El burnout o agotamiento profesional es una realidad común entre los veterinarios. Según un estudio realizado por Vetbonds, un 90% de los veterinarios en España muestra indicadores de estrés laboral, y uno de cada dos presenta niveles altos de ansiedad.
Margot Ruiz, una veterinaria con 25 años de experiencia, revela la dura realidad detrás de la vocación: "A lo largo de estos años, he conocido a muchos colegas que han tenido problemas para manejar el estrés. Más allá de las decisiones clínicas, muchas veces te llevas los casos a casa, lo que añade una carga adicional. O tienes que explicarle al dueño de la mascota que llevas conociendo durante muchos años que si no se mejora habrá que recurrir a la eutanasia".
Esta carga emocional no solo afecta al trabajo, sino también a su área personal: "Conozco a muchos compañeros cuya pareja no ha aguantado el ritmo de vida. Te puede surgir una urgencia o tu preocupación por el animal enfermo es tan grande que es domingo y vas a la clínica a ver que tal está", relata Ruiz.
Los veterinarios, al igual que otros profesionales del ámbito sanitario, están expuestos a constantes situaciones emocionales. Desde largas jornadas laborales y la toma de decisiones éticas difíciles, hasta el manejo del duelo con los dueños de las mascotas. El contacto reiterado con pacientes que sufren, conocido como estrés traumático secundario, afecta al 78% de los veterinarios, según el mismo estudio.
"La experiencia como veterinario, y ver que en el campo de la medicina también sufrían burnout, pero que, a diferencia de los veterinarios, trataban de ponerle solución, nos llevó casi de una manera espontánea a desarrollar el proyecto Vetbonds", explica Jaume Fatjó, director de este e investigador en el departamento de Psiquiatría de Universidad Autónoma de Barcelona.
Se trata de una plataforma que busca acercar el conocimiento científico y ofrecer asesoramiento práctico especialmente a los veterinarios. Por ejemplo, enseñan cómo comunicar la necesidad de realizar la eutanasia a los dueños de mascotas de manera que minimice el trauma para ellos y reduzca el impacto emocional en el veterinario.
"Es vital que los veterinarios tomen conciencia de la importancia de cuidar de su bienestar emocional y busquen ayuda profesional cuando sea necesario", destaca Fatjó. A lo que añade: "Nuestra formación incluye módulos sobre gestión del estrés y comunicación efectiva, porque sabemos que estos son elementos cruciales para la salud mental de estos profesionales".
"En general a cualquier persona, tenga la profesión que tenga, le cuesta reconocer que está teniendo problemas. En nuestro caso, hay un problema y es pensar que todo se solventa con la vocación, con la entrega absoluta, lo que acaba haciendo incluso más daño", contextualiza.
Por eso, el Jaume Fatjó, apunta como primer paso el ser conscientes de que esto existe y que "no hay nadie que sea inmune". Y como segundo, saber identificar los síntomas, y buscar ayuda en un profesional. Por ejemplo, en los Colegios oficiales, que muchos están implantando apoyo directo a sus colegiados. "Es crucial acortar el tiempo entre el inicio de los síntomas y la recepción de ayuda profesional", subraya Fatjó.
Margot Ruiz aboga por la implementación de una asignatura de relaciones interpersonales durante la carrera. "No solo para afrontar la eutanasia, sino muchas otras situaciones que tienes que aprender a manejar a lo largo de tu carrera, que no te enseña nadie, por ejemplo, cómo comunicarte con los clientes", manifiesta.
En este sentido, Fatjó inidca que algunas facultades de Veterinaria se están planteando hacer acciones durante la licenciatura para obtener habilidades de gestión emocional, prevención de conflictos o como afrontar los dilemas morales.
La salud mental de los veterinarios no debe ser ignorada. Es fundamental recordar la importancia de cuidar a quienes cuidan de nuestras mascotas. Abordar la salud mental de los veterinarios no solo mejora su calidad de vida, sino que también garantiza un cuidado más efectivo y compasivo para los animales.
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