Importante golpe al transporte de grandes cantidades de cocaína en nuestro país. La Guardia Civil ha desarticulado una red criminal que podía llevar cada año hasta seis toneladas en dobles fondos de diferentes tipos de vehículos.
La 'Operación Ergu' recuerda a otra muy similar que ya contamos en Informativos Telecinco: la droga viajaba entre Madrid y Cantabria. Lo hacía igual que en el caso que ha comunicado hoy el Instituto Armado, en huecos ocultos de automóviles.
Los agentes han podido descubrir que fabricaban esas caletas en dos talleres ilegales ubicados en los municipios de Fuenlabrada y Parla (Madrid). En el momento de desarrollar los registros, estaban creando más en 11 coches, dos remolques de tráiler y un ciclomotor.
Ambos negocios han sido desmantelados, mientras que también se ha incautado un velero en la localidad cántabra de Laredo. Estaba vinculado a la llegada de la sustancia estupefaciente desde Iberoamérica hasta la costa de Cantabria.
En la actualidad, los integrantes de la organización estaban preparando envíos por carretera hacia diversos puntos de España, Italia, Portugal y Alemania. En total, durante las actuaciones han sido detenidas 13 personas.
Tras iniciarse la investigación de la Benemérita al tener conocimiento de nuevas entradas de cocaína por la cornisa cantábrica, pudieron relacionar esos hechos con otros detectados en diferentes regiones españolas.
Resultó que el entramado había retomado su actividad en la zona peninsular tras haber permanecido un año sin casi movimientos. Ya que en agosto del 2023 se intervino una embarcación a 30 millas de Santander que transportaba 2.200 kilos de droga.
Después de aquello, los miembros del grupo intensificaron su seguridad hasta que a mediados del 2024 la presión policial les obligó a cambiar los lugares de acceso de la sustancia ilegal. Se trasladaron a las costas portuguesas.
De ahí que en diciembre del año pasado se localizase una autocaravana con 600 kilos de cocaína en el municipio de Robliza de Cojos (Salamanca). Viajaba desde el país luso y fueron arrestados el líder, su persona de confianza y el conductor del vehículo.
En registros llevados a cabo en Vizcaya y Guipúzcoa se hallaron distintas cantidades de la citada mercancía, dinero, documentación y turismos de alta gama, uno con doble fondo. Además, hubo otros cinco arrestos en Vizcaya, Castro Urdiales y Jaén.
Precisamente en territorio jienense, los agentes encontraron antenas satelitales y teléfonos especiales para las comunicaciones con barcos en alta mar para facilitar la logística del desembarque de la droga.
El presunto tripulante de otro velero fue localizado en Málaga. Cuando los fardos estaban en tierra española, los introducían en unas caletas indetectables y mimetizadas con los vehículos, perfectamente integradas.
Incluso las preparaban con conexiones de ingeniería electrónica para que se pudiesen abrir mediante mecanismos hidráulicos. Por ejemplo, en un coche había que tener encendido el motor, la guantera abierta y mover dos de los aireadores del salpicadero.
Sólo así se descubría el hueco creado. Esto evidenciaba que tenían un alto grado de especialización en los dobles fondos internos o ubicados en zonas de carga, como paredes de remolques de camiones, donde cabía hasta una tonelada de sustancia.
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